PEREZ17102022

La muerte pasea en domingo
Luis Valdez

Monterrey.- Viendo una película de un policía chino y un gringo en el viejo oeste, comparamos los disparos de cine a los que suceden en la calle.

Domingo por la tarde, domingo de paseo, domingo de películas joligudenses, domingo de vaqueros, domingo de Kung Fu y balazos en el Viejo Oeste.

Domingo en el viejo Noreste del cabrito western. Nuncamente un domingo del Nuevo Nuevo León. Los disparos son los que rugen como leones al mediodía sobre Eugenio Garza Sada. Zarpazos en la puerta izquierda y el conductor se atraviesa en la avenida Eugenio Garza Sada norte a sur.

Comiendo bistec y ensalada, bebiendo refresco y agua de limón, escuchamos los disparos. Ni siquiera atinamos a arrojarnos al suelo (ya fue la ocasión cuando un transformador crujió a la medianoche soltando un flashazo). No. Ahora sólo fue seguir cortando la carne mientras a 10 metros de nosotros otro metal perfora otra carne.

Instantes después los vaqueros disparan a unos forajidos. Jackie Chan sonríe y yo digo a mi esposa: “Mira, así suenan los balazos en joligud. Aquí es otra cosa.” 
Y a punto de lavar los trastes una vecina toca el barandal. Intenta armar tanto escándalo como la vez que un camión de Coca Cola se volcó y sus hermanos corrieron a robarse los refrescos (a alguno de ellos le explotó un envase y lo dejó tuerto).

–Hasta me puse chinita –dice ella. 

Nosotros no dijimos nada. Nosotros teníamos trastes qué lavar. En Monterrey siempre hay cosas qué lavar.