La nueva federación
Gerson Gómez

Monterrey.- Por razones de seguridad, ninguno de ellos ha manifestado los itinerarios de traslado para sus reuniones de grilla política. Lo hacen a la inversa del gobierno federal. En aeronaves particulares prestadas por algún proveedor de servicios. Solo quienes cuentan con flota estatal la movilizan hacia los sitios de reunión.

     Nula la movilidad por tierra. Conocen de buena fuente las posibilidades reales de sufrir atentado. Puesto el acelerador a fondo, sus misivas al gobierno federal son leídas pero no atendidas.

     La rama de gobernadores inconformes se acostumbró al chantaje. Al dispendio de recursos públicos. A favorecer a los próximos y generar puntos en la opinión social como mecenas o servidores eficientes. Ninguno de ellos conserva el perfil ganador. Con sus bravatas e ingenuidad, en medio de una crisis mundial de salud, escondidos en sus bunkers personales, deshojan las páginas frenéticas de un calendario a modo.

     Por ejemplo, en Nuevo León, de confirmarse en las urnas la larga campaña por la gubernatura del senador Samuel García, muchos de los actuales funcionarios estatales se les vincularán a procesos penales. Tampoco Samuel es una estrella en ascenso, sino un pequeño cacique con delirio de interpretador de sueños con influencer como mano derecha.

     La nueva federación de gobernadores está condenada al olvido. Inocuos e incapaces. El peso del tiempo es la guillotina sobre sus cabezas.