LA “OLA VERDE” EN MONTERREY
Susana Robles

Un contingente de más de dos mil mujeres, en su mayoría jóvenes, recorrió el centro de Monterrey el viernes por la noche 8 de marzo. Más que la celebración del Día Internacional de la Mujer, el motivo de la marcha surgió de la necesidad de exigir la despenalización del aborto en Nuevo León, la cual se aprobó el miércoles por mayoría en el congreso del Estado.

     A los hombres se le exhortó a marchar hasta atrás, incluso a los fotógrafos y periodistas que cubrían en evento.

     Integrantes de la comunidad LGBTTTI de Nuevo León también ondearon sus banderas en apoyo a este recorrido, donde la ciudadanía pudo observar la inconformidad por parte de una nueva generación que exige respeto a sus derechos.

     Banderas verdes y moradas ondearon sobre la avenida Juárez, recorriendo desde la explanada de Colegio Civil, de norte a sur, hasta dar vuelta sobre la peatonal de Morelos para luego avanzar sobre Zaragoza, rodeando el palacio municipal, hasta llegar a manifestarse frente a la catedral, donde las consignas “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios”, y “Menos religión, más educación”, se escucharon mientras se celebraba una boda.

     Un grupo de veinte mujeres tocaban instrumentos de percusión mientras avanzaba la manifestación. Las pancartas contenían leyendas en contra de la penalización del aborto, señalaban al gobierno de proxeneta y aludían a la pornografía como una forma de misoginia.
En patines, en bicicletas, en moto, a pie, acompañadas de mascotas, las integrantes de la marcha llegaron hasta un par de templetes colocados frente a Palacio de Gobierno, donde un grupo anarcofeminista aclamó por la dignidad de las mujeres, desde lo laboral, con el tema de la educación, la discriminación, la imposición de la maternidad y por una salud sexual más cuidada.

     No hubo desmanes ni altercados, salvo por un conductor quien casi embiste el frente del contingente al querer cruzar la calle Zuazua esquina con Juan I. Ramón.