Después del triunfo de Xiomara Castro en Honduras y de Gabriel Boric en Chile, no resulta sorprendente que en Colombia haya ganado Gustavo Petro.
La situación de extrema pobreza y desigualdad que caracteriza a los países de la región se ha agravado con la pandemia del Covid 19. En Chile, las protestas estudiantiles de hace algunos años y la insurgencia popular en fechas más recientes fueron rechazadas y aplastadas de manera violenta. En Colombia, hace algunos meses, las protestas populares exhibieron la poca sensibilidad del gobierno para escuchar a la población y su rechazo a las políticas del gobierno. En estos días, en Ecuador, el movimiento indígena reclama una reducción en los precios de la gasolina y otros satisfactores, y la respuesta ha sido una violenta represión.
Pobreza y desigualdad son los factores que están influyendo en los procesos electorales, no las posturas ideológicas que se aplican como clichés para desorientar a la población. La confrontación se da entre quienes plantean atender las demandas de la comunidad y mejorar su nivel de bienestar y quienes se aferran a las políticas neoliberales (ya en retirada) y la represión.
La crítica coyuntura internacional, con la guerra en Ucrania y su impacto en la provisión mundial de cereales y fertilizantes, la quiebra de las cadenas globales de suministro, la amenaza presente del Covid 19 (aunque venida a menos), los precios a la alza del petróleo, el fracaso del Brexit en Inglaterra y el desequilibrio en Europa, son amenazas que están influyendo en la adopción de políticas que buscan la soberanía alimentaria, la energética y la menor dependencia de los mercados internacionales.
En la agenda de gobierno del nuevo Presidente colombiano, Gustavo Petro, se destacan temas como los siguientes: el cuidado y respeto del medio ambiente (Colombia está muy cerca de la Amazonia brasileña); una crítica al “extractivismo” que se relaciona con la minería y el petróleo y los daños que generan; avanzar en la transición energética hacia las energías “limpias”; la soberanía alimentaria con la producción de los alimentos de consumo masivo; fortalecer los derechos comunitarios con el respeto a las opciones y decisiones de las comunidades; además el rechazo al releccionismo.
No es una agenda de expropiaciones o de control estatal de la economía. Si se refiere a una reforma agraria, pero “no estatista” y una “economía productiva” dentro del capitalismo.
Petro afirmó, al celebrar su victoria, que construirá un gobierno desde la paz (los colombianos tienen décadas de conflicto armado interno) y la justicia social (atender la pobreza y la desigualdad) y ambiental (con atención al cambio climático).
Con estos propósitos y líneas de gobierno, el régimen que plantea Petro se aprecia viable y lejos del autoritarismo. Sin embargo, hay quienes advierten que la oposición conservadora, la que ha gobernado por décadas, buscará hacerlo fracasar. Pero bueno, esa es la lucha política de todos los días.
Hay que mencionar que Gabriel Boric (presidente de Chile), Xiomara Castro (presidenta de Honduras) y Gustavo Petro (presidente de Colombia) son miembros de la Internacional Progresista (Progressive International) que tiene su sede en Inglaterra.
La Internacional Progresista surgió en diciembre de 2018, cuando el Movimiento Democracia en Europa 2025 (Democracy in Europe Movement, DiEM25) y el Instituto Sanders, convocaron “a todas a las fuerzas progresistas del mundo para constituir un frente común”.
Declara la Internacional Progresista que aspira a un Mundo que sea:
Democrático, donde el pueblo tenga el poder de dar forma a sus instituciones y sociedades.
Descolonizado, donde todas las naciones determinen su destino colectivo libres de opresión.
Justo, que repare la desigualdad en nuestras sociedades y los legados de nuestra historia.
Igualitario, que sirva los intereses de muchas y no sólo de pocas personas.
Liberado, donde todas las identidades disfruten de los mismos derechos, reconocimiento y poder.
Solidario, donde la lucha de cada una sea la lucha de todos.
Sostenible, que respete los límites planetarios y proteja a las comunidades en primera línea.
Ecológico, que ponga a los seres humanos en armonía con su hábitat.
Pacífico, donde la violencia de la guerra sea sustituida con la diplomacia de los pueblos.
Post capitalista, que recompense todas las formas laborales mientras se elimina el culto al trabajo.
Próspero, que invierta en un futuro dichoso de abundancia compartida.
Pluralista, donde la diferencia sea celebrada como una fortaleza.