Monterrey.- Hace unos días la prensa divulgó una recomendación de Bill Gates, supuestamente dirigida a López Obrador, en el sentido de que la mejor forma de impulsar el desarrollo de un país es invertir en educación.
Los estudios que se han hecho para identificar los factores que impulsan el desarrollo económico coinciden en otorgarle a la educación, en general, un papel muy relevante.
Desde la perspectiva neoliberal el Estado debe concentrarse en la educación básica y si acaso en la educación media superior, pero dejar la educación superior a la iniciativa de cada familia; la supuesta rentabilidad de este nivel bien justifica el esfuerzo de inversión familiar.
La recomendación de Gates es válida. En la pandemia, dos de las industrias que más han incrementado su penetración y ganancias son la Digital y la Farmacéutica, además de la especulación financiera.
El Internet es desde hace tiempo una verdadera necesidad en el servicio educativo. La conectividad es básica, así como disponer de los dispositivos digitales, la computadora, las tablets y los teléfonos celulares. Los maestros y los directivos de las escuelas públicas han tenido que desarrollar habilidades digitales, sobre la marcha, ante las restricciones que impuso la pandemia y el esquema de Aprender desde Casa. El contexto socio-económico en el que se ubica cada plantel es determinante en relación con los recursos digitales de que se dispone en los hogares.
En medio de la pandemia los directores de cada plantel tuvieron que identificar las capacidades digitales de cada uno de los maestros y estar atentos a la situación de cada alumno, en cuanto a equipamiento en su casa y llevar registro de su acceso a los cursos. Ante los desafíos de la pandemia y sin recursos hubo que pensar rápido e improvisar. La preocupación central era la de no perder alumnos. Además de no contagiarse.
Hace unos días el Colegio de Monterrey A. C., organizó un webinar (foro): “La educación después de la pandemia”, en el que participaron tres directivos de escuelas secundarias públicas de Nuevo León: la maestra Donna Hooper, docente y encargada de la dirección de la Secundaria rural Esteban Leal, ubicada en la comunidad Cruz de Elorza en Doctor Arroyo; el maestro y licenciado Margarito Villegas, director de la secundaria técnica 99 Rodolfo Morales, en Escobedo; y el maestro Carlos A. Orozco, director de la secundaria Torres Bodet en Monterrey.
Tres contextos socio-económicos diferentes y una misma actitud positiva de los directivos: enfrentar la adversidad de la mejor manera, pensando en los maestros y sobre todo en los alumnos. En la situación creada por la pandemia, la utilización de los recursos digitales fue esencial, desde recibir la señal de Internet, disponer de una cuenta de correo electrónico o utilizar el “class room”, todo esto sin mayor capacitación y con los recursos de la comunidad de cada plantel . Se desarrolló la comunicación via digital como una alternativa a la comunicación presencial.
Los directores pusieron en juego su capacidad para reaccionar ante una realidad social inédita e improvisar de manera responsable. Había que mantener el contacto con los alumnos y sus padres y buscar contrarrestar el desapego que muestran los alumnos y su falta de interés: “como quiera me van a poner 6”.
En relación con la evaluación del aprendizaje y la atención a los criterios de promoción, mencionaron la utilización de las rúbricas y la identificación de las competencias básicas: “que sepan lo elemental”. No se trata de aplicar necesariamente un examen; una conversación con el alumno bien estructurada puede arrojar información valiosa.
Señalaron que la planeación es difícil en situaciones cambiantes, como las que todavía estamos viviendo.
Para los directores, el reto mayor es brindar igualdad de oportunidades; no todas las familias tienen los mismos recursos. Además, en la pandemia, muchos padres perdieron su empleo, algunos alumnos se fueron a trabajar “en lo que encontraron”.
Es necesario –señalan– darle un sentido real al aprendizaje. Sin mayor análisis se ha pasado del conductismo, al constructivismo y ahora al humanismo; cuando cada situación real reclama distinto tipo de enfoque; no son excluyentes.
El papel del maestro es multidisciplinario: debe actuar como docente, como psicólogo, como trabajador social, estadístico, economista y además, dar apoyo emocional.
El maestro debe cambiar su mentalidad: dejar de actuar mecánicamente y darle un sentido real al aprendizaje. Hay maestros que continúan con su formación académica, con estudios de maestría y de doctorado; sería conveniente “integrar equipos de desarrollo académico en las escuelas”.
Además de disponer de las herramientas necesarias, el alumno y el docente necesitan estabilidad: “Que nos dejen trabajar con directrices claras”. Por ejemplo: se reciben instrucciones el viernes en la tarde para su instrumentación al siguiente lunes.
Por último y no menos importante; mantener en buenas condiciones las instalaciones, los servicios y el mobiliario, es un mínimo para una experiencia educativa de calidad. Es indispensable un programa de mejora continua en cada plantel.
Lo anterior es un apretado resumen de las expresiones realistas de los tres directivos escolares que participaron en el webinar del Colegio de Monterrey.