Monterrey.- Hace tiempo se planteaba que la forma en que se trata a la niñez es un reflejo del grado de cultura de una sociedad.
Hoy en día podríamos decir que la forma en que se alimenta la población en general refleja el grado de cultura.
Igual se podría decir en cuanto a la atención a la salud.
A este tipo de consideraciones se agrega ahora lo relativo al trato a los adultos mayores.
En medio de la pandemia del Covid, se ha destacado el alto riesgo letal de las llamadas comorbilidades en los adultos mayores. Las comorbilidades: producto de una dieta con carencias y excesos, por falta de atención adecuada a padecimientos o dolencias, y la carencia de servicios de salud accesibles y adecuados.
Sin embargo, en medio de estas circunstancias, la esperanza de vida al nacer se ha ido incrementando y se ha elevado el porcentaje de la población que vive más años en promedio.
• Se ha reducido la mortalidad infantil, hay avances en la higiene y en la atención de la salud que favorecen la longevidad. En los países desarrollados, en la actualidad la esperanza de vida de los recién nacidos es de 100 años.
Los adultos mayores representan una porción cada vez mayor de la población. La pirámide de población se está invirtiendo.
Algunos estudios en países desarrollados encontraron que la mayor permanencia de la fuerza de trabajo en activo se traduce en incrementos del Producto Interno Bruto.
• Las instituciones sociales, las políticas económicas y las normas sociales no están evolucionando para atender esta nueva realidad.
Hace algunos años, un funcionario del gobierno japonés exhibió una grave falta de humanismo al declarar que bien harían los viejos en morir más temprano, ya que representan una pesada carga para el gobierno y la sociedad. Si, en Japón la población de adultos mayores es una porción significativa. Esa actitud contrasta con la visión civilizada de las culturas que aprecian a las personas de edad.
• Las restricciones de la seguridad social y los esquemas de pensiones muy reducidas no responden a la nueva longevidad.
En la España de hoy en día, una persona de edad ha movilizado a la opinión pública al demandar que las instituciones de servicio consideren las limitaciones o características de las personas de edad. Un asunto específico es la práctica de que las instituciones de servicio ya no atienden a sus clientes de manera presencial. En algunas instituciones los trámites tienen que realizarse via electrónica o con aplicaciones (Apps), lo cual requiere familiaridad con los dispositivos electrónicos; y esto no es usual en las personas mayores. Además, en países como México, no es raro que los sistemas digitales “se caigan” o no funcionen y la via telefónica no se atienda con agilidad. Los cargos por no cumplimentar trámites a tiempo recaen en el usuario.
Otra área de oportunidad es facilitar la recapacitación del adulto mayor, en tareas técnicas o de servicio, para darle nuevas opciones de desempeño laboral. ¿Qué se puede hacer desde casa? Cómo aprovechar la experiencia y conocimientos de los adultos mayores.
Se considera que las personas de edad que están saludables, con seguridad económica y agudeza mental, disipan los mitos de que por si sola la edad provoca incapacidad. Habría que desarrollar condiciones e instituciones para contar con más adultos mayores en buenas condiciones. El enfoque debiera aplicarse entonces en la movilidad, la aptitud mental y la seguridad económica.
Hay criticas a las becas y pensiones que el gobierno federal está entregando a jóvenes estudiantes y adultos mayores, pero hasta el Banco Mundial ha reconocido que esos apoyos económicos han atemperado los efectos sobre el empleo y la pobreza en medio de la pandemia.
También se ha señalado como insuficiente, pero el gobierno federal intervino para elevar las pensiones que gestionan las Afores.
Habría que diseñar políticas públicas para los adultos mayores.