GOMEZ12102020

La tesis de la Universidad-Fábrica de la LC23s
Héctor Torres González   

En memoria de Ignacio Olivares Torres

Ciudad de México.- La Liga Comunista 23 de septiembre (LC23s) se declaró no sólo anticapitalista sino claramente socialista. La teoría del socialismo revolucionario iniciada por Carlos Marx fue su guía.

La LC23s desarrolló la tesis de la universidad-fábrica. Esta tesis la inició Ignacio Olivares Torres (Sebastián o Sebas), miembro del Buró Político de la Liga y que fue asesinado y masacrado por el Estado en 1974 junto con Salvador Corral.

Ignacio Olivares Torres nació en Torreón, Coahuila, y al igual que Raúl Ramos Zavala, cursó también la carrera de Licenciado en Economía en la Facultad de Economía de la Universidad de Nuevo León, de 1962 a 1967, y fue un brillante estudiante. Al egresar de la facultad se va becado, junto con su esposa Hilda Rosario Dávila (también militante de la Liga y ex presa política) a estudiar en Nueva York, a la New School for Social Research, donde estudia economía marxista. Regresan a Monterrey y Nacho ingresa como maestro en la facultad, impartiendo las materias de Historia de las Doctrinas Económicas I y II, en los semestres noveno y décimo; fue, además, secretario académico de la escuela de Economía. Participó activamente como maestro durante la lucha por la autonomía universitaria, que culminó con la masacre del 10 de junio de 1971; y apoyó no levantar la huelga, rechazando el semestre e impulsando los contra-cursos en la Facultad de Economía, impartiendo clases de economía marxista.

Nacho Olivares estudió la economía burguesa en sus versiones clásica, neoclásica y keynesiana, pero encuentra en el marxismo las respuestas que buscaba para la trasformación social. Fue un estudioso serio y riguroso de la economía marxista y por ello es por lo que desarrolla la tesis de la universidad-fabrica; y contribuye con Nacho Salas, máximo dirigente de la Liga, herido y desaparecido por el Estado, en la elaboración de los Maderas “viejos”; y sin duda, fue uno de los más preparados de la LC23s en el estudio de la obra El Capital de Carlos Marx.
Hoy estas tesis de la universidad-fabrica siguen vigentes y más actuales.

¿Cuáles son sus rasgos principales?

Vivimos en México en una sociedad regida por el modo de producción capitalista.

La producción capitalista es producción de plusvalía y esto es su elemento distintivo.

La plusvalía es trabajo no pagado al obrero, es lo que se apropia el capitalista y es la base de la explotación capitalista, de la moderna esclavitud asalariada.

La producción típicamente capitalista se basa en la producción de plusvalía relativa. Y a esto se le llama subsunción real del trabajo en el capital.
La burguesía revoluciona sin cesar los instrumentos de producción, y con ello, las relaciones de producción y las relaciones sociales, creando inseguridad, crisis, incertidumbre.

Con la incorporación de la ciencia y la tecnología al proceso productivo se genera mayor plusvalía con las mismas o menos horas de trabajo. Se acrecienta la acumulación y concentración capitalista y dominan los monopolios capitalistas.

En este proceso desarrollado del capitalismo juega un mayor papel el trabajador colectivo, en vez del trabajador individual. El producto social es obra del trabajo colectivo.

Cada vez más las diferentes y diversas actividades económicas y profesiones son subsumidas a la producción capitalista. “La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta ahora eran venerables y contempladas con piadoso respeto. Ha convertido en asalariados suyos al médico, al jurista, al cura, al poeta, al hombre de ciencia”, dice el Manifiesto Comunista en el capítulo primero.

La fábrica de enseñanza es mencionada por Marx en El Capital: “Sólo es productivo el trabajador que produce plusvalor para el capitalista, o que sirve para la autovalorización del capital. Si se nos permite ofrecer un ejemplo al margen de la esfera de la producción material, digamos que un maestro de escuela, por ejemplo, es un trabajador productivo cuando, además de cultivar las cabezas infantiles, se mata trabajando para enriquecer al empresario. Que este último haya invertido su capital en una fábrica de enseñanza en vez de hacerlo en una fábrica de salchichas, no altera en nada la relación”. (Marx, El Capital, lib.1, sección 5, cap. XIV.)

Los centros educativos sirven a la misma reproducción capitalista. Preparan mano de obra para proseguir la acumulación capitalista. Los estudiantes son la futura fuerza de trabajo, lista para el proceso productivo, y engrosaran al proletariado en activo o al ejército de reserva.

Los centros educativos son fábricas de conocimientos, producen saberes, tecnologías y ciencia que se apropian los capitalistas y las utilizan como medios de explotación.

Los maestros en los centros educativos son trabajadores asalariados que producen plusvalía.

Cada vez más en los centros de educación superior se generan productos, mercancías e inventos que se comercializan. Vacunas, por ejemplo, como cualquier empresa farmacéutica.

Si los maestros son asalariados y producen plusvalía, y los estudiantes son nueva fuerza de trabajo asalariada preparada para engrosar al proceso de producción y al trabajo colectivo, las universidades masificadas son en rigor fabricas que forman parte del engranaje capitalista.
Los estudiantes no son aún proletarios, lo van a ser cuando ingresen como asalariados al proceso de producción, pero van en esa dirección. El ejercito industrial de reserva está integrado por desempleados, pero estos no pierden su carácter de obreros; la nueva fuerza de trabajo que se prepara en las universidades, en su inmensa mayoría van a engrosar las filas de los asalariados.

Las grandes movilizaciones estudiantiles en las universidades fueron producto de la insatisfacción social, fueron rebeliones ante el estado actual de las cosas, fueron expresiones de descontento y malestar social ante las condiciones económicas, sociales y políticas. Falta de libertades, pobreza, antidemocracia, futuro incierto, crisis económica y un gobierno autoritario y represor.

A fines de los 60´s e inicios de los 70´s el modelo de producción capitalista prevaleciente entró en una profunda crisis; y a principios de los 80´s es sustituido por el neoliberalismo, por el capitalismo salvaje. Actualmente el capitalismo mexicano está en una nueva etapa en donde prevalece el neoliberalismo, y en donde la acumulación y concentración de capital alcanzan mayores niveles y con mayores desigualdades, desempleo y pobreza. Hoy, como hace 50 años, los centros de educación superior se orientan a crear la mano de obra que demanda el proceso de producción capitalista, con nuevas carreras y profesiones, y emplean trabajo magisterial asalariado que produce plusvalía, con el agravante de que éste cada vez más es trabajo precario, mal pagado y sin prestaciones, con contratos temporales, a tiempo parcial o por honorarios y con pensiones de miseria. Además, la masificación de las universidades públicas se enfrenta a la falta de recursos financieros que impide ingresar a ella a cientos de miles de estudiantes por falta de cupo y por eso crece la educación privada. El contenido de la enseñanza no es para crear seres humanos libres, críticos y solidarios, sino para someterse y perpetuar a la actual sociedad injusta. A la gente la educan a que comprenda que el fin del mundo es posible, pero no a que comprenda que el capitalismo tiene un final.

Una reforma educativa y universitaria debe responder a crear una nueva sociedad y no a fortalecer a la actual sociedad capitalista. Tal es la tesis de la universidad-fábrica de la Liga Comunista 23 de septiembre. La LC23s se propuso trasformar la sociedad actual por una sociedad socialista; y eso implicaba trasformar las universidades y centros de educación, para ponerlos al servicio del pueblo y no del capital creando universidades críticas, populares y democráticas.

* Ponencia enviada al III Encuentro del Proceso de Reflexión Raúl Ramos Zavala, realizado en Culiacán, Sinaloa, el 18 de junio de 2022.