Monterrey.- Hay libros cuya lectura es un placer y no deseamos que terminen. Cuando esto fatalmente ocurre, uno se apresta a repetir la experiencia. ¿Cuál es el secreto de estos libros? Que están bien escritos, que nos sorprenden por su novedad, por la capacidad crítica de su autor, por su interés en agotar todas las posibilidades del tema y porque nos inducen a revisar toda la bibliografía existente sobre el asunto en cuestión, además de la del propio autor para indagar si tiene otras obras de la misma intensidad.
Esto se confirma con «Las Lecturas del Maestro»*, del escritor Manuel Tavitas Rodríguez (Saltillo, Coah., 1961). Se trata de una cincuentena de textos entre los que encontramos leyendas, fábulas, mitos, poemas, loas y semblanzas cuyo propósito es didáctico y social.
Leer es entrar al ritual que otro ha iniciado, pero el placer depende de uno, y aquí el autor establece su dominio, su paso y su cadencia, convirtiendo en amenidad lo que en otros sería aridez.
El maestro Tavitas escribe para compartir su propio aprendizaje, en aras de mejorar nuestra percepción de la realidad. Y lo consigue con un estilo claro, pulcro y ágil.
Esto nos hace suponer que su objetivo es el público infantil, pues su exposición es pedagógica, formativa e instructiva.
Su arcoíris abarca una enorme diversidad de destinos creativos, todos ellos alternados para aligerar la carga que pudiera suponer esta lectura para las mentes no fogueadas en este arte ancestral.
Así tenemos fábulas de cuervos amargados, zorros perezosos, búhos que no llevan zapatos a la escuela, gallos presumidos, águilas que instruyen polluelos, monos bravucones, gavilanes viejos que caducaron como galanes, cuervos usureros y solitarios que se redimen al final, zorras invasoras de terrenos, garzas vanidosas y envidiosas, papagayos que piden ayuda, búhos solitarios que al final se casan y vientos que ayudan a la gente trayéndoles lluvia.
También abundan los personajes para que los jóvenes lectores no olviden sus raíces: Quetzalcoátl, Huitzilopochtli, Moctezuma, Netzahualcóyotl, Tezcatlipoca, guerreros aztecas, Frida Kahlo y Diego Rivera.
Entre las leyendas, mitos y creencias populares se localizan: el origen del universo, de la vida, de la raza mexica y sobre el conejo de la luna.
Hay loas a la tierra, al cosmos, a México, al huizache favorito del autor, y cuentos sobre una moneda oxidada, sobre un pescador que recibe monedas de oro, sobre una pareja de enamorados que prefieren morir ante la oposición paterna (Nube y Viento), sobre un niño pateado por un borriquillo, sobre un joven peón que se enfrenta a su patrón terrateniente, sobre un autor anónimo medieval y sobre un poeta viejo que revisa sus textos juveniles.
Otros textos de clasificación varia completan la órbita temática de este volumen: el primer día de clases, mimos en acción, abuelos que hablan de sus nietas, la importancia de la libertad, una excursión al Cerro de la Silla, la dura vida de los campesinos mexicanos antes de la Revolución, barquitos de papel que representan la voluntad inquebrantable del autor, el oficio de los tapiceros, abuelos músicos, viejos maestros rurales, jóvenes normalistas, etcétera.
Con este volumen, el maestro Tavitas continúa la tradición de todo maestro de promover la lectura aún después de haberse jubilado, pues es una asignatura pendiente, entendiendo que es un viaje que nunca termina. Una vez entrenado el espíritu, se buscan constantemente nuevos destinos, sean turísticos o desconocidos, recomendados o traídos por el azar, pues lo que importa, al fin y al cabo, es la lectura, es decir, el viaje.
Nos ha sorprendido gratamente la vena lírica del autor, cuyo tratamiento de algunos temas es elegante y pulido, y no aglutina vocablos para que los leamos de prisa y casi sin respirar. Por el contrario, su exposición es pausada y disfrutable, como corresponde a quien escribe para niños y adolescentes.
También notamos que esta obra se entrega a la primera lectura, es decir, su estructura es comprensible y no rebuscada. El maestro Tavitas se instala en su aula metafórica y desde allí se dirige a todos sus alumnos, que somos los lectores, para explicar su concepción del mundo en estos 50 breves módulos que rezuman sabiduría, valores, motivación, ideología y patriotismo.
De todos sus libros anteriores, éste es el segundo en que se nota más la intención social del autor, vinculándose así al que le precedió («Caminos de amor y senderos de dolor», 2021), donde también había una fuerte incursión en temas de esta naturaleza.
Finalmente, en Las Lecturas del Maestro continúa con la vertiente humanista de su libro «El legado del patriarca» (2019), que fue totalmente familiar y pletórico de valores para los jóvenes.
¿Qué nos deparan la pluma y el numen creativo de Manuel Tavitas Rodríguez? Ya le hemos leído poesía, cuento, relato, ensayos, fábulas, leyendas, mitos, semblanzas, loas, discursos y textos motivacionales.
Estamos seguros de que, sea lo que sea que escriba, sin duda nos sorprenderá con una nueva dimensión de su obra, más ambiciosa, más influyente, más universal.
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* Manuel Tavitas Rodríguez. «Las Lecturas del Maestro. Páginas de sabiduría». Monterrey, N.L.: https://www.amazon.com.mx/dp/B09QHC7LLM, 2022. 120 pp., ilus.