Monterrey.- El ejercicio de información matutino de AMLO, la “Mañanera”, ha sido sin duda un buen recurso de comunicación política.
Las críticas que se han enderezado contra ese programa no han sido pocas: que las preguntas que se le hacen son preguntas “a modo”; que los periodistas que asisten son previamente seleccionados; que lanza críticas hacia sus “adversarios” o periodistas que cotidianamente lo censuran; o que da a conocer información que no se debe hacer pública, etcétera.
Los temas que promueve AMLO son sus proyectos: el Tren Maya; la refinería de Dos Bocas; la comunicación ferroviaria en el Istmo; los “programas sociales”; Pemex y CFE; los servicios de salud a población abierta, etcétera.
En un esquema “defensivo”, abrió un espacio para dar a conocer las mentiras que divulgan sus adversarios. La sección se denomina “Quién es quién en las mentiras”, y le ha sido útil para poner en evidencia la información falsa que se utiliza para atacarlo a él o a sus proyectos de gobierno.
La otra crítica ha sido que le destina mucho tiempo a las mañaneras; por lo regular de 7:30 a 10:00 am; aunque si es necesario se amplía la sesión.
De manera simultánea a las Mañaneras de AMO, hay un sistema de radiodifusión privado, con amplia cobertura en el país, que se dedica a difundir información: un “programa de noticias”; cuyo horario de transmisión es de 7:00 am a 11:00 am. El formato es convencional, con un periodista a cargo del micrófono, quien hace reseñas de las “noticias del día”, invita al auditorio a que le envíen sus comentarios y realiza entrevistas a personajes del momento, o abre espacio para comentarios “editoriales” de personalidades.
Me llamó la atención que mientras se desarrolla el programa de noticias, al mismo tiempo están monitoreando las Mañaneras. En un momento dado, el conductor hace un paréntesis en sus informaciones para reproducir el audio de alguna declaración de AMLO de esa mañana; pero, no sólo reproduce el audio, sino que de inmediato formula un revire o crítica a lo dicho por AMLO (casi siempre es una descalificación). El programa se aleja de lo informativo para entrar al periodismo de opinión.
Hace unos días, en la Mañanera (alrededor de las 8:00 am), el responsable de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) divulgó información sobre los recursos económicos que recibe una asociación civil mexicana y que los recursos provienen de donantes mexicanos y extranjeros. Esa asociación genera información sobre hechos de corrupción en el gobierno. A las 10:15 am de ese mismo día, en el programa de Noticias se realiza una entrevista a la persona responsable de operar la referida Asociación Civil, quien procede a descalificar y cuestionar la información financiera divulgada en la Mañanera. El conductor del Noticiero no busca confirmar si la información divulgada por la UIF es verdadera, sino a cuestionar la legalidad de haberla dado a conocer. No se informa, se cuestiona.
En la prensa diaria (la impresa) sucede un fenómeno parecido, en unos periódicos más que en otros. Las notas informativas relevantes (las “de ocho columnas”) contienen información que pone en duda el cumplimiento o el desempeño de los proyectos y de las empresas públicas: por lo general la “fuente de información” son especialistas u organismos privados. No se da a conocer la información “oficial” sobre el asunto, o cuando mucho se dice que se solicitó la información, pero que no recibieron respuesta. Más adelante, en las páginas de información se da cuenta de la nota roja a nivel nacional; delitos de “alto impacto”. En las páginas de comentario editorial y en las “columnas” de periodistas distinguidos, el tema recurrente es lo que dijo, lo que hizo o lo que no hizo AMLO. Día tras día, de lunes a domingo. Algunos periódicos funcionan como otra Mañanera cotidiana, pero en contra de AMLO.
En el transcurso del proceso electoral que concluyó recientemente, las críticas y descalificaciones hacia AMLO podían “entenderse” como un esfuerzo para influir en la opinión pública y orientar el sentido del voto en contra de la llamada 4T. AMLO llegó a denunciar una intensa campaña en las redes en la que se le señalaba como asociado a los narcos. Sin embargo, el sentido de la votación en la elección presidencial estaría poniendo en duda la efectividad de los esfuerzos por desalentar el voto pro 4T.
No obstante, después de las elecciones, el esfuerzo de las “otras mañaneras” continúa con el mismo sentido e intensidad: ahora para impedir la supuesta “sobrerrepresentación”; frenar la reforma al Poder Judicial, o cualquiera otra de las iniciativas enviadas por AMLO.
Pero la “verdadera preocupación confesa” de las “otras mañaneras” es la situación de polarización social en la que según ellos vivimos los mexicanos. Tal vez, si el resultado de las últimas elecciones no hubiera sido tan contundente a favor de una de las candidatas; si la votación hubiera sido muy cerrada, o que hubiera muchedumbres en las calles protestando los resultados, podría dársele crédito a esa imagen de “polarización” que ven en sus pantallas las “otras mañaneras”.
La política institucional es la que llevan a cabo los organismos políticos, como los partidos políticos. En la situación actual la debilidad de los partidos de oposición hace manifiesta la necesidad de un replanteo de sus posturas ideológicas y definiciones programáticas. La misma MORENA ha sido convocada para renovar sus estatutos: separar la labor del gobierno de la del partido. Se requiere avanzar en un nuevo entorno político institucional y desalentar los liderazgos personalistas y de los “iluminados”.
La situación en el Mundo es realmente crítica y con peligros económicos y bélicos. Sería bueno que las energías intelectuales de quienes desarrollan las “otras mañaneras” anti AMLO, se canalizaran ahora hacia la búsqueda de nuevos y mejores rumbos y participaran de las inquietudes de la sociedad mexicana. O por lo menos informando con veracidad sobre lo que pasa en las comunidades, en las ciudades, en los países vecinos, en América Latina, en Europa; contribuir a ampliar los horizontes de la sociedad mexicana.