GOMEZ12102020

Liga Comunista 23 de Septiembre, a 49 años de su fundación
Héctor Torres González

Ciudad de México.- En marzo de 1973, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, 14 camaradas provenientes de diferentes partes de México y de diversas organizaciones revolucionarias armadas, se reunieron y conformaron a la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S). Ignacio Salas Obregón, Ignacio Olivares Torres, Gustavo Hirales Moran, José Ángel García, Héctor Torres González, Leopoldo Angulo Luquen, Fernando Salinas Mora, Manuel Gámez Rascón, Eleazar Gámez Rascón, Rodolfo Gómez García, Wenceslao José García, David Jiménez Sarmiento, Francisco Rivera Carvajal y Alberto Ramírez López, fueron los que se dieron cita a la Primera Reunión Nacional de la LC23s.

Las organizaciones que dieron origen a la LC23S fueron: “Los Guajiros”, “Los Lacandones”, “Los Procesos”, Movimiento de Acción Revolucionaria 23 de septiembre (MAR-23), Frente Estudiantil Revolucionario (FER), Federación de Estudiantes de Sinaloa (FEUS); y se incorpora después el grupo de “Los Macías”, provenientes del espartaquismo.

En una casa, que el “Richard” y la “Martina”, junto con su pequeña nena habían conseguido, se constituyó una organización clandestina, armada, de carácter nacional, integrada por revolucionarios que adoptaron los principios de la teoría marxista y la bandera del comunismo y que se propusieron hacer una revolución socialista en México.

Durante 15 días de discusiones, y por las noches turnándose en las guardias para salvaguardar el encuentro, se aprobó la línea política, táctica, estratégica y organizativa de la LC23S; se conformó la estructura orgánica de la Liga con una Coordinadora Nacional; se nombraron responsables regionales y estatales, el Buró Político y el Comité Militar; y se estableció el periódico Madera como su órgano central.

En esta primera Reunión Nacional de la Liga Comunista 23 de Septiembre se discute la línea política plasmada en los documentos denominados “Maderas Viejos”, los cuales sirvieron de base para elaborar el documento fundacional de la nueva organización, titulado: “Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario”, conocido también como “El Manifiesto al Proletariado Mexicano”.

Este documento presenta la visión integral de la Liga Comunista 23S, porque da cuenta del estado actual de capitalismo mexicano y de sus contradicciones, así como del curso histórico de la lucha de clases en México, de los objetivos programáticos, de la estrategia y táctica del proletariado y de las tareas políticas y organizativas que se desprenden para los revolucionarios. Ignacio Salas Obregón elabora tanto los “Maderas Viejos” como las Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario.

“El presente Manifiesto –dice el documento Cuestiones Fundamentales del Movimiento Revolucionario– es el fruto inmediato de la discusión política y el análisis marxista que sobre el curso del movimiento revolucionario, han venido realizando diversos organismos y militantes revolucionarios del invierno del 71 a la fecha; pero fruto también, de la experiencia práctica que ha arrojado la lucha del proletariado del 56 a la fecha y de manera particular, de la práctica de diversos organismos revolucionarios armados que desde el 65 se vienen desarrollando y consolidando; y por último, es el resultado de la asimilación lo más completa posible de la herencia teórica y práctica de los militantes revolucionarios caídos en la lucha, pero principalmente de sus dirigentes más destacados: Arturo Gámiz, Oscar González, Genaro Vázquez, Raúl Ramos Zavala y Diego Lucero Martínez. A través de él, la Liga Comunista 23 de Septiembre, trata de dar cuenta, en primer lugar, de las condiciones objetivas en las que se desarrolla la lucha de clases en México, en segundo término, del desarrollo histórico de la política del proletariado; y por último, de un conjunto de consideraciones de orden programático que pueden ser la base para la precisión de los objetivos, tareas, estrategia y táctica del proletariado en México, para el actual período”.

Fueron varias las tesis centrales que definió esta Primera Reunión Nacional de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Una de ellas y la más importante es la definición que la Liga Comunista hace del tipo de revolución que necesita México: la revolución socialista. Esta revolución la realizará el proletariado, con sus aliados los campesinos pobres y semiproletarios; y su objetivo inmediato es constituirse como clase, destruir el estado burgués y crear el estado proletario para avanzar en la abolición de la propiedad privada y edificar el socialismo. Esta tesis de revolución socialista es el faro de la Liga Comunista 23 de Septiembre y es su razón de ser.

Esta concepción de la nueva revolución se opone a otras caracterizaciones de “revolución democrática burguesa”, o de liberación nacional, que se plantean hacer alianzas con la burguesía, o que se planteaban una etapa anterior al socialismo. Raúl Ramos Zavala decía al respecto en 1970: “el carácter de la revolución no admite caricaturizaciones. Es decir, o es verdaderamente revolucionaria (socialista) o simplemente no lo es”. La Liga Comunista 23 de Septiembre en 1973, al constituirse, continuaba con esta tesis central de Raúl sobre el carácter de la revolución a impulsar.

Para la Liga Comunista 23 de Septiembre el capitalismo mexicano es un capitalismo monopolista ,donde la oligarquía financiera domina al Estado. Si bien el capitalismo mexicano se despliega desde el Porfiriato –dice la Liga Comunista–, el capitalismo mexicano se desarrolla y consolida a partir de los 40’s del siglo pasado y con ello el proletariado como clase antagónica a la burguesía. De ahí que la lucha de clases adquiere otra dimensión y se manifiesta con las luchas obreras y campesinas a partir de los movimientos de los 50’s. El movimiento de masas busca dotarse de una conducción revolucionaria y no ser dominado como en la Revolución Mexicana por una dirección burguesa, cuando el proletariado no se consolidaba como clase.

Otra importante conclusión de la Liga Comunista es que las luchas revolucionarias, desde el 58-59 fueron salvajemente reprimidas y que los movimientos de masas buscaran defenderse e incluso confrontarse con el poder estatal. Las luchas reivindicativas o de carácter económico, en su explosividad y espontaneidad, se recrudecían y elevaban el nivel de conciencia. Huelgas que se convertían en movimientos políticos de masas y en el caso de 1968, la huelga se tornaba en huelga política.

El Estado es un órgano de represión –decía la Liga Comunista–, y su finalidad es reprimir al proletariado y a todas las luchas del pueblo. Ante ello el cambio social va a ser violento, no pacífico, porque el estado burgués no permitía ni toleraba los movimientos pacíficos y los masacraba. Además –decía la Liga Comunista, parafraseando a Engels–, el sufragio universal es un instrumento de dominación de la burguesía, porque las elecciones eran una farsa, donde el PRI gobierno controlaba las elecciones y en las contiendas electorales participaba el PRI y los partidos paleros.

La revolución socialista es un imperativo para México para salir de la opresión y de la explotación y esta no puede ser pacífica, porque la burguesía no lo acepta. Así, la Liga Comunista, partiendo de la experiencia de lucha del pueblo mexicano, concluye que el derrocamiento del poder burgués es a partir de la huelga política nacional, con grandes movilizaciones de masas, combinadas con combates callejeros que devienen en una guerra civil revolucionaria. Y por tanto, es menester prepararse para ello, creando una organización política revolucionaria armada, a la altura de las circunstancias.

La Liga nunca se planteó sustituir las acciones de las masas; tampoco se planteo implantar un foco guerrillero, sino que puso énfasis en las actividades políticas por sobre las militares, en impulsar las labores de agitación, propaganda y organización.

Por ello la Liga Comunista se propuso crear un partido revolucionario al servicio del proletariado mexicano, para que este luchara por crear el poder proletario y destruyera el poder burgués, el Estado burgués.

Al analizar la manera como el capitalismo se expande, controla y domina, la Liga Comunista llega a afirmar erróneamente que los sindicatos dejaron de ser organismos de lucha proletaria, para constituirse en órganos de dominio de la burguesía y que debían ser destruidos. También señaló la Liga Comunista que el capitalismo, al someter todo a la órbita de la extracción de plusvalía, y pasar de la subsunción formal a la subsunción real, toda una serie de actividades y profesiones, como el magisterio, son sujetas a la explotación capitalista; y siguiendo a Marx, concluye que un maestro que vende su fuerza de trabajo y es explotado, es un proletario. Y dice que cada vez más, en las universidades los alumnos no solo estudian, sino que producen, dan clases y hacen experimentos e innovaciones que se convierten en productos y mercancías, y hay una tendencia a que las universidades se conviertan en fábricas de conocimientos y de productos. Esta última tesis de la Universidad Fábrica ha sido caricaturizada; sin embargo, es una realidad que el capitalismo todo los somete a su dominio; y como decía Marx, el maestro o el carnicero, si vende su fuerza de trabajo a un capitalista, ese maestro o carnicero es un obrero explotado.

Los aspectos medulares de la línea política que la Liga Comunista definió en su Primera Reunión Nacional fueron: el carácter de la próxima revolución es y será socialista y la vía para lograrlo no será pacifica, sino armada y violenta; y no porque la Liga Comunista lo desee, sino porque la burguesía no dejará el poder por la vía pacífica y la historia de México así lo muestra.

La Liga Comunista 23 de Septiembre no escogió la vía de las armas por gusto, o por un mero afán justiciero o vengativo, sino porque la realidad y nuestra historia mexicana da cuenta que las luchas reivindicativas y las manifestaciones pacíficas eran masacradas con plena impunidad.

Prácticamente el estado burgués represor y autoritario violó todo derecho político de manifestación, de organización y de expresión política y canceló las vías pacíficas o electorales para el cambio social. Lo que hizo la Liga Comunista fue ejercer su derecho legítimo a la rebelión y decirle al Estado burgués: ¡es suficiente y ya basta!

La Liga Comunista 23 de Septiembre tomó este nombre por dos razones: Por un lado, para honrar a Marx y Engels. La Liga Comunista fue el nombre de la primera organización política del proletariado del mundo y preámbulo de la Internacional de los Trabajadores. Esta organización secreta, formada por varios revolucionarios de diversos países de Europa, durante su segundo congreso en Londres en 1847, encomendó a Carlos Marx y Federico Engels que redactaran su programa político, y que en la historia se conoce como Manifiesto Comunista, el cual dio luz en 1848.

Y el nombre de 23 de Septiembre, fue en honor a los guerrilleros revolucionarios mexicanos que en 1965 realizaron el asalto al cuartel militar en Madera, Chihuahua, en 1965. El Grupo Guerrillero Popular, encabezado por Arturo Gámiz y Oscar González, efectuaron esa gesta heroica que con orgullo la Liga Comunista honra.

No obstante, el acoso y persecución de que fue objeto la LC23S y sobre todo por la guerra sucia emprendida por el Estado burgués, México logra una reforma política para que se impulse la democratización de la vida política. Una reforma de arriba, impulsada por la fuerza de los de abajo. Con ello se permite la legalización del PCM y cobra importancia en la lucha de masas la lucha electoral. Es así como en 1988 Cuauhtémoc Cárdenas gana las elecciones y el gobierno monta un gran fraude. En 2018 López Obrador gana la presidencia por la vía electoral con el voto de las mayorías.

A 49 años de la formación de la LC23S, su principal postulado, el de la revolución socialista para crear una patria nueva y socialista, sigue estando vigente, urgente y necesario; y será obra de las masas trabajadoras.

La lucha socialista requiere el uso de todas las formas de lucha y de organización, electorales y no electorales, en las calles y en los parlamentos, para constituir una gran fuerza de masas, de poder popular, con carácter democrático que actúe e intervenga en todos los aspectos y campos de la vida nacional y conformada por mujeres y hombres libres y conscientes. No obstante errores, desviaciones y dogmatismos, la Liga Comunista 23 de Septiembre se propuso unir a los grupos revolucionarios dispersos para crear una organización de carácter nacional, como instrumento del pueblo mexicano en su lucha liberadora. Sigue vigente también este postulado de unir a los socialistas mexicanos para edificar una nueva patria y lograr una vida digna.