GOMEZ12102020

Malas raíces
Ángel Robles

Monterrey.- Malas raíces agrietan la tierra y pudren los mares.

     La contaminación enrarece la atmósfera y la naturaleza se cobra los agravios y ofensas que le hacemos como seres humanos.

     Contra todo, en un rincón del mundo regiomontano, una Casa es Musa para el teatro. Está habitada por un grupo de seres superiores, adoradores de una milenaria convicción que sostiene que el teatro es para la vida, lo que el aire y el agua son para la sobrevivencia. Viven ahí, entre otras razones, porque según afirman, “Los espacios eligen a sus habitantes.”

     Por estos días, una nueva obra teatral ha sido creada en dicho “Conservatorio”. Así se ha publicado por el medio de comunicación de mayor poder, alcance y penetración en el universo, Las Redes Sociales. La obra es un thriller escrito y dirigido por el dramaturgo regiomontano, Hernán Galindo. Los actores son: Guadalupe Treviño, Claudia Zapata y Sergio Duarte. En la producción figura Alberto Marcos, con el dominio absoluto para el video-teatro, como jamás lo soñó ni mucho menos lo recreó, la televisión.

     La obra “Malas Raíces”, que tal se llama, es una pieza intensa, que no admite respiro. Por su fondo y forma resulta imperecedera, eficaz al convertirse en sala virtual y perfecta en cada momento de su desarrollo actoral.

     Afuera, mientras tanto, el mundo está al revés. Entre otras muchas calamidades, a partir de una pandemia, única en la historia de la humanidad, a juzgar por sus dimensiones y gravedad. Al género humano lo retrata crudamente, de tres brochazos, y en todos los ámbitos, el filósofo y pensador holandés, Rob Riemen: “Los pobres no tienen trabajo, la clase media no tiene medios y los ricos no tienen clase”.

     Por lo tanto, la confusión y las sombras en que el mundo se debate, engrandecen y magnifican lo que son capaces de realizar los héroes y apóstoles del teatro.

     Gracias a que todo en Casa Musa atesora y cultiva muy hondas y buenas raíces, “Malas Raíces” resulta extraordinaria.