Mauricio, el cacique júnior de San Pedro
Gerson Gómez

Monterrey.- La palabra no se puede es inexistente en su lexicón personal. Sus colaboradores y contrarios conocen las argucias de la mente de Mauricio Fernández Garza.

     Ya no es el joven de puntadas. Si no el maleado mecenas con exóticos gustos lúdicos del cannabis. Adendo a sus potenciales relaciones e información con criminales. De cuello blanco y del células organizadas.

     Mauricio vive en una sola realidad. La de su mente idílica cazando animales exóticos en África y el despacho en la Alcaldía de San Pedro Garza García.
Goza del apellido y de sus simulaciones al momento de emprender campañas. Es deslenguado, altanero, despótico y le fascina el arte.

     Mauricio es de los pocos panistas capaz de rendir las voluntades de Zeferino Salgado, Raúl Gracia y Víctor Pérez. Les conoce tan bien, como sus archivos personales de pecados y gustos afectivos y financieros.

     Incluso Mauricio, en el culto a la personalidad, es capaz de producir, patrocinar y difundir un documental sobre su vida, simulando interés general en su parte de humanista san petrino.

     Quienes se oponen a sus determinaciones saben de las rabietas y maneras para venganza. Plato muy caliente para los gustos gastronómicos de Mauricio.

     Solo los agentes de migración de los Estados Unidos de América han sido capaces de humillarlo en público, al retirarle la visa de turista.

     Por eso Miguel Treviño, a pesar de sus tres años de gobierno, no será el contrincante justo, frente a un peso pesado, como Mauricio.