PEREZ17102022

MICROCUENTOS DEL PODER
Los intocados
Tomás Corona

Monterrey.- De manera extraña, la reciente marcha, quizá por su carácter paradójicamente antidemocrático, escatológico, fútil, vulgar, mediatizado, obsceno (aun con tanta “fifí rubiecita” que andaba por allí), me recordó aquella “Letanía del niño Anacleto”, del filme “El rincón de las vírgenes”, basado en el libro “El llano en llamas”, de Juan Rulfo, que a la letra decía: “Las manos limpias, los ojos puros, el cuerpo intocado, la flor virginal intacta” y bien pudo haber sido una consigna más en el enajenante y manipulado movimiento. Sólo imaginarla expresada por el vocifugio produce una irritante y morbosa sensación de que las cuestiones sociopolíticas en nuestro país no están funcionando adecuadamente, sobre todo por lo que refiere la imagen metafórica de “las manos limpias”.

Así de surrealista es nuestro “México lindo y jodido”, sitio único en el universo en el cual el subconsciente socio-colectivo se sublima en una dolorosa e incongruente realidad. Varias razones lo atestiguan: Una forzada migración supuestamente democrática movida por los hilos invisibles de la corrupción que enmascara, denostadamente, el inicuo valor de la antidemocracia. Un voto que no se toca, cuando nadie ignora que aún con el derecho inalienable de ejercerlo y declararlo intocable, es uno de los ejercicios más venales que los sujetos sociales realizan en nuestra corruptible sociedad, en “nuestra amada Patria”. Todos tenemos derecho al voto, pero “ellos” deciden a quien se lo otorgan y en ese enlodado proceso del conteo a favor o en contra de “alguien”, las artimañas son incontables.

Una poderosa institución que tampoco se toca, trastocada por corruptelas, inequidades, cochupos, francachelas, derroche, simulación, cotos de poder, altos salarios, perversión mediática y la desmedida ambición de los depredadores que la dirigen. Una incipiente manufactura fabril, ahora convertida en una vigorosa industria, en un avasallador corporativismo empresarial cuya eclosión rebasa todos los excesos y lujos que usufructúan sus potentados dueños y gestores quienes pretenden adueñarse también de heredades, sujetos y haciendas con el perverso fin de mantener la mente de éstos cautiva en la esclavitud, como hacía aquella rancia estirpe de señores feudales durante el oscuro y estratificado medioevo. Son ellos, los detentadores del poder económico, quienes mueven las aspas del monstruoso molino con el viento a su favor.

Un enriquecido delincuente confeso cuyas lujosas posesiones y caudalosas cuentas monetarias ofenden y avergüenzan al mexicano común, a los pauperizados campesinos y a la exprimida “clase obrera”, quienes dan su vida trabajando para que esos parásitos sociales vivan contentos y en la más extravagante opulencia. En la vana manifestación se atreven a proclamarlo como un héroe, y en este inconsciente colectivo que les comentaba, hay quienes todavía se lo creen, cuando no es más que un alfil de la rastrera política mexicana “panucha” confabulada con los “narcos de cuello blanco”, un sujeto altamente peligroso quien tuvo que ser juzgado en el vecino país porque aquí seguro lo hubiesen liberado como a la vil rata de Rosario Robles, la Gordillo y tantos otros. Este señor y sus secuaces merecen podrirse en una mazmorra por sus infamantes delitos.

Hay muchas otras cuestiones que deberían tocarse y jamás se tocarán, ya lo dijeron tantas veces que se ha vuelto una verdad trillada, pero nunca un hartazgo, nunca será suficiente señalar denodadamente la injusticia: las muertas de Juárez, los desaparecidos, la fallida reforma educativa, cfe y la reforma energética, la guardería abc, los desaparecidos de Ayotzinapa, los “daños colaterales” asesinados por el narco, la avasallante inflación, la inequidad laboral, el corrupto snte, entre otro montón de dependencias que roban, el enriquecimiento ilícito de los políticos, la riqueza mal repartida, el abandono de los adultos mayores entre tantos y tantos temas que nos abruman como sociedad. Mientras tanto, recemos la letanía: “Las manos limpias, los ojos puros, el cuerpo intocado, la flor virginal intacta”, “las manos limpias, los ojos puros, el cuerpo intocado, la flor virginal intacta”, “las manos limpias, los ojos puros, el cuerpo intocado, la flor virginal intacta”.