Monterrey.- Allí están siempre, al pie del cañón, sin armas, sin recursos, reinventando estrategias, olvidados, vilipendiados, escarnecidos, agraviados, pero siguen allí, sin miedo, con un salario indigno, poniendo dinero de su bolsa, soportándolo todo, solos frente a la adversidad, creando nuevos mundos, partiéndose la madre a diario, batallando siempre, luchando contra la ignorancia, los prejuicios y la estulticia, aprendiendo la complejidad de la tecnología, no se rajan, hacen maravillas con sus manos, con su intelecto, saben de su poder transformador como agentes sociales, pero no los dejan, los estigmatizan, acallan sus voces de protesta contra la inequidad imperante, siempre han coexistido como piezas clave a lo largo de la historia, en todos los movimientos sociales y viven así, van a trabajar con todo y pandemia esforzándose cotidianamente por sacar adelante un país que ellos no jodieron; al contrario, se esmeran por hacerlo más digno cada día, sí, así son mis amigos los profesores. ¡Los admiro!