GOMEZ12102020

MICROCUENTOS PARA PENSAR
Analista
Tomás Corona

Monterrey.- Deambulando entre los vaivenes de la vida, más como camarón que se lleva la corriente, que como aquel joven pirata que surcaba los mares a la búsqueda de míticos tesoros, inacabables utopías, absurdas quimeras, dudosas certezas; con su corazón como timonel y su intelecto como guía, el viejo contramaestre, a sabiendas de sus vacaciones permanentes, se sentó en la blanca arena, a la sombra de un palmar y se puso a elucubrar si los eventos que organizaba, o a los que acudía la insensible reina, resultaban realmente productivos.

¿Quién sufraga el oneroso gasto que implica traer extranjeros, hospedarlos, alimentarlos, además de costear toda la parafernalia que genera el organizar eventos de índole internacional?

¿Por qué el establecimiento de vínculos y convenios con empresas e instituciones extranjerizantes, tan alejadas de la realidad en que perviven los niños, en vez de hacer sinergia con dependencias y agentes culturales locales?

¿Cuál es la utilidad pedagógica real de los extravagantes contenidos que se tratan en los fastuosos eventos pseudo académicos, que casi consuetudinariamente se organizan en el “nuevo reino”?

¿Existe una vinculación intrínseca entre las temáticas tratadas en los pomposos eventos y la realidad biopsicosocial de los niños del “nuevo reino”, que viven en círculos de pobreza, por decir un ejemplo?

¿Cuál es el impacto, en datos crudos, de estos lujosos eventos en la realidad socioescolar, es decir, a cuántos alumnos, profesores y escuelas públicas benefician?

¿Hay alguna evidencia, o por lo menos un porcentaje, de que estos eventos funcionan y se concretan de manera fehaciente en las comunidades socioeducativas?

¿Se evalúa la justificación, viabilidad, pertinencia, factibilidad, eficacia, eficiencia, adaptabilidad y costo de los sonados proyectos y convenios que han hecho la reina y su corte?

¿Quién crea y determina la consecución y concreción de estos eventos?; ¿un equipo de asesores técnico-pedagógico, el secretario de educación, junto con el gobernador en turno, alguna fundación judeocristiana, las deshumanizadas políticas educativas internacionales?

Decididamente, la “eventitis” que padecen la mayoría de los funcionarios públicos de un país se antoja interminable. El viejo marinero no encontró ninguna respuesta a sus devaneos analíticos, murió ahogado en el mar de la desesperanza, sabiendo que toda su lucha por cambiar y mejorar el anquilosado y herrumbroso sistema educativo había sido en vano.

Los piratas se lo han llevado todo, incluida la esperanza de un futuro mejor para los niños y jóvenes de su amado país.