MICROCUENTOS PARA PENSAR
Arrítmicos
Tomás Corona
Monterrey.- Él habitaba un infierno, ella le ofreció el paraíso; pero no lo quiso. Ella deseaba amores, él le daba pasiones; rechazó sus flores. Él, animal nocturno, ella musa de día; no coincidió su turno. Ella hermosa y fragante, él avezado y torvo; la tomó delirante. Él, un fatuo demonio, ella un ángel sin alas; y la hundió en el oprobio. Ella una orquídea negra, él un cactus hiriente; destrozó su belleza. Él un bohemio puro, ella casi una santa; su destino era oscuro. Ella encerrada en casa, él feliz en la calle; su triste vida pasa. Él se alejó una tarde, ella quedó marchita; de desamor alarde. Él no tenía nada, ella le daba todo; prefirió el lodo. Ella era como Esmeralda, él como Quasimodo.