Monterrey.- Al toparse con áreas bloqueadas por todas partes. Un ciclista reclama, discute, debate, argumentando el derecho natural de la ciudadanos para usar el parque.
Todos se aglomeran, ciclistas, corredores y gendarmes dispuestos, con vehementes vocifugios, al verbal ataque. A los pocos minutos impera el griterío, aquello es un desmadre.
El eco de la queja compartida rebota hasta la calle, haciendo, la justicia ciudadana, todo un alarde. Se calientan los ánimos, va ganando la ira, aquello está que arde.
La mujer policía, por demás ignorante, se queda callada sin donaire. El ciclista, muy encabronado, perdió la batalla y termina “como agua para chocolate”.