Monterrey.- “Y si te portas mal, “Santo Clos” no te va a traer juguetes, ¡te va a traer puro carbón…!” Era solo un cuento, pero aquella típica familia mexicana tan desastrosa, ignorante, humilladora, siniestra, procaz, burlesca, “mal hablada”, cínica, “tracalera”, desvergonzada, persuasiva, vulgar, acosadora, prosaica, de esas que gestan seres mediocres, sociópatas, ególatras, soberbios o bien, niños abusados, dependientes, mimados, retraídos, temerosos, incapaces, que igual con el tiempo se transforman en verdaderos engendros, lo hizo realidad mientras reía perversamente ante el amargo llanto de Jonás, el pobre niño veía estupefacto su regalo abierto, unas miserables bolas de carbón… ¿Entenderán algún día, esas familias enfermas e inconscientes, el grave daño moral, físico, espiritual y psíquico, que causan a sus descendientes?