Monterrey.- Cruel confabulario, todo se conjuga para hacerte mal, vas sufriendo a diario.
Ya no importa nada, ni el amor ni el odio, nada es necesario.
Murió la alegría, ganó la indolencia, todo es ordinario.
Taladra la ausencia, lacera el olvido, me cubre el sudario.
Caminar exhausto, recargado el lastre, inicuo calvario.
La banca vacía, los árboles secos, bosque solitario.
Los pájaros yertos, flores arrancadas, calla el campanario.
El alma destruida, los ojos salados, roto el incensario.
Cruda indolencia, desamor impío, derruido santuario.
Vivir sin vivir, un hecho fehaciente, consuetudinario.