PEREZ17102022

MICROCUENTOS PARA PENSAR
Desbordamiento
Tomás Corona

Monterrey.- Se desbordan y, si te descuidas, te llevan en la corriente, como en el añejo adagio del camarón dormido. O despiertas y reaccionas o dejas que te lleve, como decía Javier Solís en su inolvidable canción: “que me lleve la corriente, atrás no regresaré...”               
                       
Si te dejas te llevan y te arrastran: el destructivo fluir del agua, la  incontrolable ira, el viento tempestuoso, la tristeza infinita, la violenta tromba, la insana depresión, el destructor huracán, la pinche rutina, el feroz tornado, la crónica fatiga, el alcohol en tus venas… 

Los venales excesos, la inquietante marea, los sueños fallidos, la insondable vorágine, tu estúpida quimera, el voraz remolino, la rabia contenida, la asfixiante tolvanera, la mortal concupiscencia, el infranqueable tsunami, la vendetta del silencio, la bravura de las olas marinas, el doloroso desamor. 

Todo, todo puede llevarte y sustraerte y manipularte y agobiarte y destruirte si tú le permites al maligno disfrazado de buena voluntad que se adueñe de tu vida; de tu libre albedrío. ¡De tu derecho natural a ser feliz!