Aunado a esta falla de índole socio-política, el colmo es que esa misma mayoría alienada aplica siempre “la ley del mínimo esfuerzo”, y son felices “tiktokeando” y rascándose el ombligo y más abajo.
Todo emprendimiento les resulta oneroso y su hedonismo los confunde, por ello son “presa fácil” del narco, las drogas, la rapiña, la violencia, las malas compañías y la corrupción.
Quieren “tragarse el mundo de un mordisco” y son devorados sin misericordia por el sistema que los enajena y corroe a tal grado de encontrarse con la muerte en la primavera de su vida.