Monterrey.- Habitan insomnes, esperando que las madres se duerman para robarse y devorar a los hijos. Envenenan los veneros del amor con fluidos de odio provocando la muerte de los amantes, uno en manos de otro. Atestan los sueños con pesadillas en las cuales falleces de manera horrenda. Siembran semillas de discordia entre hermanos rompiendo para siempre la armonía familiar. Se ocultan en los pétalos de las rosas y te clavan su espina emponzoñada cuando menos lo esperas. Penetran como fiebres en la lozanía de los infantes y los conducen al averno de las enfermedades. Se roban la fe y la confianza de creer en un mundo mejor, incitando al suicidio colectivo. Son quienes regalan golosinas putrefactas y frutas con alfileres en la noche de brujas. Son ciegas, pero saben cómo causar daño en el lugar y en el tiempo precisos. Son la manzana envenenada del cuento. Llenan de oprobio y escarnio a los seres más dulces y vulnerables transformándolos en monstruos. Se disfrazan de buenas mozas con el fin de devorar el corazón de enamorados incautos. Arpías malignas, ojalá y se las llevara el diablo que las trajo. ¿Conoce usted a alguna…?