Monterrey.- Iba caminando con rumbo al consultorio del dentista, queda relativamente cerca de casa. Esto de ir perdiendo las muelas por descuidos infantiles no me gusta, no es nada bueno, por todas las implicaciones psicológicas y digestivas que eso conlleva.
Pasé por un parquecito. Me detuve a tomar una foto del Cerro de la Silla, que se veía precioso sin la aborrecida capa de nata generada por la contaminación. Aunque no me percaté de nada, yo creo que fue allí donde se impregnó en mí el horror amarillo.
Llegué. Esperé un momento en la recepción del consultorio y cuando pasé a sentarme al acojinado sillón de los tormentos dentales, mi amigo el dentista me lo hizo saber con una mueca de preocupación y pavor.
–Amigo, tienes la playera llena de esos animalitos amarillos que hay por todas partes, ¡dicen que es una plaga…!
Estos mini-insectos son parecidos a los “jejenes”, cuya picadura y secuelas ¡son absolutamente dolorosas y comezonientas…!
Aterrorizado y sin pudor, me levanté del sillón, me despojé de la playera negra que traía; parecía un objeto de arte abstracto raro y perfectamente combinado por los contrastantes colores amarillo-negro.
¿Será que el color negro atrae a estos bichos, así como las mariposillas son seducidas por la luz? Esto de los tactismos y tropismos es por demás interesante, pensé.
Con “garnuchos”, fui arrojando uno a uno a los pequeños monstruos, desde mi playera al piso y allí los remataba con el pie derecho. Así debe actuarse con las plagas, incluso las humanas, como la de los políticos. Después que terminé la sanguinaria faena, ante el asombro del dentista, me puse de nuevo la playera, dispuesto a ser martirizado por las agujas de la anestesia y la fresadora dental.
Cerré los ojos, intentando no sentir los piquetes mientras pensaba: ¿por qué la h. h. alcaldesa (así con minúscula) y todos los demás de los municipios conurbados, no envían con suma urgencia camiones especiales para que fumiguen las calles? Antes lo hicieron con el dengue en repetidas ocasiones; pero recordé también que la señora anda muy ocupada preparando la plataforma política para su vástago. Cuídate del “horror amarillo” que actualmente flagela la mancha urbana en que se ha convertido la ciudad de las montañas y sus alrededores.