Monterrey.- - ¡Pásele, pásele…! Aquí tenemos el singular artefacto que revolucionó al mundo hasta idiotizarlo. Un día llegó a la sala de los hogares y se instaló definitivamente entre la familia decimonónica, enajenándolos a todos. Cuando los dueños de las emisoras se dieron cuenta del poder que tenía esta “caja de Pandora”, se extinguieron para siempre la creatividad, lucidez, originalidad y el pensamiento crítico de los tele-espectadores ya de por sí deteriorados por la pésima educación que reciben en la escuela.
Por cierto, con esto de la moda de educar por competencias, la competencia espectatorial brilla por su ausencia en el ámbito escolar, ésta permitiría discernir, evaluar y criticar programas tan asquerosos, mediocres y vulgares, como los de la “barra de entretenimiento” tan comunes en las televisoras locales y nacionales, o las mentiras tendenciosas de los noticiarios.
Hoy la TV vuelve por sus fueros para “educar” a los niños y jóvenes de México. Sin embargo, aun considerando su valía como herramienta formativa, así como lo era la radio el siglo pasado, nunca se usó para ese fin, solo para enajenar a los absortos televidentes con montones de programas basura.
Cabe señalar que, con el retorno de este maravilloso invento, las ilustres autoridades educativas no tuvieron en cuenta que las nuevas generaciones utilizan (no educativamente) otras opciones digitales más sofisticadas como las plataformas, el WhatsApp o el mismo Facebook, el cual debería explorarse para su uso pedagógico, entre otras novedades digitales, sabrá el diablo cuales. Los niños y jóvenes de hoy se mueven entre video juegos interactivos, bastante bélicos, por cierto, u otros complicadísimos juegos y app que, aun los adultos más avezados, ni siquiera soñábamos.
Les dejo algunas preguntas como tarea: ¿Por qué sustentar la educación y gastar 450 millones de pesos en un medio anticuado y costoso…? ¿Cómo hacer que un niño de hoy soporte tres o más horas aplastado, viendo un aburrido programa educativo…? ¿Cómo mejorar la pésima señal de la televisora local que emitirá “las clases” …? ¿Cuántas familias cuentan con una televisión de plasma, tan onerosas, si apenas completan para el sustento diario…? ¿Por qué no volver a la televisión analógica a la que todos tenían acceso, aun las familias más humildes…?
¿Por qué no ceder, ya saben quién, internet gratuito, aunque sea por unas horas, para los alumnos, dotar a los profesores con una computadora bien equipada, prepararlos con un curso de cinco estrellas y poner la educación de México en un marco de auténtica modernidad…? ¿Por qué no crear software con contenidos temáticos interactivos que resulten atrayentes para los alumnos, aprovechando el talento de profesores con un perfil híbrido, que son, al mismo tiempo, tecnólogos y docentes…? (La cantidad de ellos es abundante, me consta) ¿Qué grupo de “expertos” determinó este mandato sin tomar en cuenta a los profesores, quienes enfrentan a diario la compleja e incierta educación de los alumnos…?
En fin, creo que “la caja idiota” no solucionará nada y quedará como un amargo recuerdo para todos los docentes o como flagrante negocio para algunos vivales, como sucedió con “Enciclomedia” o “HDPT” (Habilidades Digitales Para Todos), por cierto, este último, cuyas siglas parecen decir “Hijo de tu put…” ni siquiera se conoció, se quedó en la prueba piloto. Sin duda, la tecnología educativa en nuestro país está bastante fregada, es más, ni siquiera existe…