PEREZ17102022

MICROCUENTOS PARA PENSAR
La IE
Tomás Corona

Monterrey.- La inteligencia emocional (IE) no existe, por una sencilla razón. Las emociones se sienten, no se piensan, y de nada sirve reprimirlas, porque finalmente estallan cuando menos lo esperas; por eso lloramos sin saber por qué; amamos a quien nos odia, o al revés (nada más irracional); y nos infartamos porque el cerebro no soporta la presión que ejercen los sentimientos positivos (alegría, júbilo, satisfacción) o negativos (dolor, tristeza, depresión) desde nuestro interior.

La sola mención de inteligencia emocional es en sí una contradicción (como aquella “pausa activa”, tan usada en las escuelas hasta hace poco, que por sentido común o lógica aristotélica, si ustedes gustan, no puede existir una “pausa activa”, es una paradoja). De hecho, la expresión es gramaticalmente inconexa, disparatada. Increíblemente los profesores a veces se ven forzados a hacer ordinarias cuestiones tan absurdas como aquella otra de los confusos rasgos que implicaba la “Normalidad Mínima de Operación Escolar”, y que era tan difícil cumplir por su deslinde de esa misma realidad escolar. ¿Alguien los recuerda? Les hago remembranza de uno: “Todos los alumnos deben asistir puntualmente a todas las clases”. Qué loco, ¿no?

Volviendo al punto de lo emocional, decir “manejo de emociones en el aula” es lo más correcto, pero por ostentosidad y pedantería, los profesores y demás profesionistas prefieren referirse a eso como IE (Inteligencia Emocional), es decir, como un término de moda, nada más.

De facto, las emociones se han manejado desde tiempo inmemorial en el ámbito educativo, pero comúnmente de manera errónea, es decir, en vez de proteger, orientar y motivar a los chicos para mejorar su desempeño social, son consabidas por todos las agresiones corporales y psíquicas de las que los estudiantes eran víctimas.

El no saber manejar los conflictos que acontecen en el seno del salón de clase sigue siendo un hoyo negro en el hacer cotidiano de alumnos y profesores. Es fácil deducir que los docentes no están preparados para ello, simplemente porque los programas de formación en las instituciones formadoras de docentes incluyen solo un semestre o dos, con contenidos de teoría psicológica para el conocimiento de los alumnos. Como el lenguaje oral, escrito, matemático, científico; también las emociones deben revisarse y atenderse consuetudinariamente en las escuelas de todos los niveles. No solo a través de un cursillo rabón para algunos docentes elegidos (somos más de 80 mil en el estado de NL)

Una vez apliqué una estrategia socioemocional con alumnos adultos y me fue “como en feria”, porque no supe manejar los conflictos que se generaron. Pero esa es otra historia, y ya se las contaré en otra ocasión.