Monterrey.- Ella casada, con hijos, marido, maestra, emprendedora, alegre, perspicaz, amable, trabajadora, madura. El joven, soltero, maestro, guapo, servicial, cuerpazo, sagaz, sonriente, atrevido. El otro añejado, solterón, directivo, ambicioso, mordaz, voluble, veleidoso, posesivo, abusador. La profesora decana de la escuela, el nuevo docente y el director personifican esta historia. Sus caminos de pronto se cruzaron. Ella arrobada por la juventud y bríos de otro, él embobado por la presencia y personalidad de la otra y el tercero en discordia, caprichoso y coqueto, quedó en medio. Fue un triángulo no amoroso, pecaminoso, mórbido, complejo, sellado por innumerables batallas cotidianas que todos festejaban con burlas, chismes, subterfugios, concesiones, canonjías, favoritismos, suposiciones. Nadie sabía si alguno de los tres había llegado al coito con una o con otro y la romanticoide y trapezoidal historia terminó cuando, el director, después de hacerle la vida de cuadritos a la maestra, logró sacarla de la escuela. Imagine usted el final, no es difícil…