Monterrey.- Basta un detonante y la salud como negocio se dispara: Cubre bocas de todos los colores, hechos con infinidad de materiales, hasta con calcetines, muchos de ellos inútiles en la contienda contra el Covid. Hasta las casas de moda diseñaron aquellos que combinaran con el atuendo masculino o femenino en cuestión, sin embargo, los quirúrgicos, los N95, han aumentado hasta 400% su costo real. El gel para manos que costaba 10 pesitos, subió a 35. Al iniciar la pandemia se incrementó hasta un 500% y lo mismo pasó con el mal llamado sanitizante que en realidad es un desinfectante y otros productos vinculados a la prevención contra el irrefrenable virus.
Los tanques de oxígeno, para venta o renta, con el consabido equipo para poder utilizarse, subieron hasta un 1000 %, lo sé de buena fuente. Lo más deleznable es la prueba PCR para detectar el Covid, la cual no es más que un exudado nasofaríngeo y otro bucofaríngeo, que siempre se habían hecho de manera gratuita en las instituciones oficiales de salud. Se efectuaba en algunas farmacias a un precio bastante económico, de pronto, fue monopolizada por una institución privada que la realiza a un precio “accesible” si se compara con los hospitales nices en donde el costo oscila entre 3500 y 4000 pesos.
Pues bien, la mentada prueba PCR tiene un costo de aproximadamente 1000 pesos en esa institución privada, efectúan la prueba de 7 de la mañana a 7 de la noche, entre ocho y diez pruebas por hora, multiplique usted esas diez pruebas por hora, por 12 horas, por los siete días de la semana, pues también la realizan sábados y domingos, además de otras pruebas como la de antígenos, embarazo, glucosa y anexas. ¿Ya obtuvo el resultado…? Ahora bien, si considera que existen más de 90 clínicas de este tipo en 30 estados de la república, da mucha rabia e impotencia pensar en todo el dinero que le están robando al aguantador “Juan Pueblo”. Ching… Ya me enojé otra vez…