GOMEZ12102020

MICROCUENTOS PARA PENSAR
Libertinos
Tomás Corona

Monterrey.- Hijo y padre. Los dos cultos, preparados, brillantes, guapos. Ambos se educaron en las mejores universidades. Egresados siempre con honores, representaban el prototipo a seguir para muchos de sus congéneres y, por supuesto, toda su parentela estaba orgullosa de ellos. Hacían deporte juntos, iban al gimnasio, dirigían asertivamente sus respectivas empresas que les proporcionaban dinero suficiente para tener una vida cómoda y desahogada en cuanto a lo económico. Siempre sonrientes, felices, triunfadores. Deleznablemente compartían también la perversa adicción de ser pedófilos, pederastias en potencia. Malditos.