Monterrey.- Volver… Con miedo. Sin recursos. Por capricho político. Sin las mínimas condiciones de salud. Socioemocionalmente dañados. A una realidad distinta. Sin nuevas estrategias. Como siempre. Con el mismo adocenado programa. A las acartonadas prácticas educativas de siempre. En las que nadie enseña. En las que nadie aprende. A poner el gel de nuestra bolsa. A “engordar el caldo” a los paterfamilias. A convertir el tapabocas en el lápiz perdido. A obedecer al directivo porque así estamos hechos. Aunque nos esté llevando la chingada. Como siempre. A todos nos conviene. Aunque sean muy pocos alumnos. Como en los mas crudos inviernos. Los días más ardientes. Allí estaremos. Dispuestos a sonreír a fuerza ante el doloroso duelo de los infantes que perdieron a alguien. A curar penas que no son nuestras. Como siempre. Decirles que todo va a estar bien, aunque nunca lo estará. Siempre lo hemos hecho. Hemos sido psicólogos sin serlo. Allí estaremos. Como siempre, Sin lauros ni victorias. Salvando el honor que nos queda de nuestro viejo apostolado con pies descalzos. Aunque la inmensa mayoría seguirá simulando, como antes, como hoy, solo cobrando un sueldo inmerecido. Como siempre… ¡Viva la pandemia…!