GOMEZ12102020

MICROCUENTOS PARA PENSAR
Satiricón
Tomás Corona 

Monterrey.- La sátira política ha existido siempre en nuestro adocenado país: comics, esqueches, versos sueltos, caricaturas, parodias, personificaciones, y siempre ha sido un tema controversial y polémico por excelencia. Sin embargo, pasa algo curioso con ella, tal parece que mientras más se empeñen en ocultarla, más se expande, difunde, fortalece y fructifica, frutos putrefactos, por supuesto. Y entonces, un simple comentario actoral se transforma en una tormenta de arena que lo cubre todo, encegueciendo las conciencias y regocijando momentáneamente a sus precursores, quienes brotan de la nada y son lanzados al abismo de la fama, bueno, primero a la cumbre y luego al vacío que hay después de alcanzar la cima, entonces, los creadores o generadores de la sátira acaban siendo humillados, vituperados y en muchas de las ocasiones destruidos.

     En la no muy remota historia de la sociedad mexicana los pioneros de la sátira, quienes se atrevían a denunciar injusticias aun a costa de su propia vida, eran víctimas vulnerables del poderoso sistema opresor que los cazaba como animales, los quemaba en leña verde o los perseguía hasta exterminarlos. Hoy la cuestión no ha cambiado mucho, los asesinatos de avezados periodistas opositores al sistema social contemporáneo y su innegable rigidez, están a la orden del día y hoy, además de las persecuciones o las demandas por la vía legal, son las redes sociales en las que arden, a la par de su fama fugaz, los sátiros blasfemos por su osadía de señalar en un meme, una caricatura o una parodia, la corrupción política imperante.

     El problema se agrava cuando esa sátira se mezcla con un asunto cultural y, entonces, de la nada, surge un avasallador ejército de defensores del demandado, enarbolando la bandera de la libertad de expresión, pero ante una denuncia o demanda legal hecha por la parte más omnipotente, nada se puede hacer. Mientras tanto la sátira va rebotando y crece y crece hasta alcanzar dimensiones insospechadas. ¿Qué implicaciones traerá este deleznable hecho para la cultura nuevoleonesa…? Asimismo, quién sabe que vaya a pasar con el actor y su compañera actriz, pero quien les manda, meterse con una Doña tan potentada. Por mi parte, confío en que no me vayan a demandar y mucho menos a encarcelar por este cándido cuentecillo.