Quizá ya no mata. Te inocula de peligroso frenesí. Te roba el sueño, la calma, te enferma, te pone a sufrir. Hiere a los seres que amas y también a ti.
Tanto relajamiento, desinterés, descuido, tenía que suceder así. A nadie parece interesarle este asunto sin fin. La inconsciencia es tremenda, la irresponsabilidad ruin.
Nadie sabe lo que nos depara el maldito Covid.