GOMEZ12102020

MICROCUENTOS PARA PENSAR
Votantes
Tomás Corona

Monterrey.- En nuestro curioso país, del cual André Breton se sentiría maravillado al ver reflejado su arte surrealista, así como Eugene Ionesco al ver aplicado en un contexto real su teatro del absurdo, los votos son venales, es decir, se compran y se venden al mejor postor, la inmensa mayoría de los votantes no los otorga democráticamente como debiera ser y veniales porque son como pecadillos que fácilmente son perdonados. Las consecuencias de este extraordinario hecho que la fuerza de la costumbre ha transformado en ordinario, son socialmente desastrosas. Ha creado también la paradoja de que convivan “armónicamente” la riqueza y la pobreza en un mismo plano, obvio, existen muchisisímo más pobres y cada día se incrementa más la cantidad de estos últimos, quienes siguen vendiendo o regalando su voto, enajenados por la mercadotecnia perversa.