Monterrey.- Más allá de todas las cosas, del bien y el mal, de Dios y del diablo, de la fealdad y la belleza, lo claro y lo oscuro, la ira y la serenidad, lo blanco y lo negro, la alegría y la tristeza, el dolor y el placer, la tempestad y la calma, el sosiego y la perturbación, la fe y el ateísmo, lo superficial y lo profundo, la guerra y la paz, lo concreto y lo abstracto, el vicio y la virtud, lo duro y lo blando, la vida y la muerte… Existe una energía cósmica que nos mueve y hace estremecer al universo entero a cada instante. Está situada, precisamente, en el justo medio que buscaban los griegos. Quien sea capaz de vibrar con ella habrá encontrado el equilibrio para su existencia, la clave para su felicidad eterna. Yo, por lo menos, ya la presentí… ¡Es una sensación maravillosa…!