Es un coche relativamente viejo, de color rojizo un tanto descolorido, tiene los vidrios delanteros abajo y no se ve ninguna llanta ponchada o alguna otra avería.
¿De quién será? ¿Qué sería del conductor? ¿Habría otros acompañantes? ¿Los secuestrarían? ¿Se robarían el auto para cometer algún atraco? ¿Por qué nadie ha denunciado su insólita presencia en la transitada avenida? ¿Por qué nadie lo reclama? ¿Qué historia oscura resguardará en la cajuela? ¿Estará cargado con droga oculta? ¿Habrá armas resguardadas bajo el asiento?
No cabe duda que, ante situaciones extrañas, a todos nos asalta, de pronto, una irrefrenable sensación de abandono…