GOMEZ12102020

MICROCUENTOS PARA PENSAR
“Aspiracionistas”
Tomás Corona

Monterrey.- Los hay de dos tipos: los infames, “maletas”, engreídos, “lameguevos”, hipócritas, “maloras”, corruptos, mediocres, “mamones”, serviles, soberbios, vacíos, “culitos”, desalmados, inhumanos… Son esos que se enriquecen robando, aprovechándose de su inteligencia y su dudosa trayectoria profesional. Son esos que jamás pisaron la universidad, compran y ostentan títulos falsos, apenas saben leer y escribir y menos pensar. Son esos que se mueven a donde los jala el titiritero mayor y van saltando de puesto en puesto público, sin importar que su perfil no corresponda, hasta lograr sus deshonrosos fines. Son esos que visten siempre a la moda en todos los sentidos: ropita de marca, casa, coche, celular, vacaciones en Europa, con el dinero del erario público, deleznablemente. Son esos que se vuelven crueles y abusivos con los de abajo y dóciles con los de arriba, a tal grado de flexionar piernas y cintura cuando se los piden. Son esos en lo que se ve clarísimo su enriquecimiento ilícito, su falsía imagen, la grave carencia de una identidad propia y su innoble afán de joder al prójimo, pero no les importa, porque ese mismo prójimo es tan pendejo que los sigue idolatrando y vota por ellos nuevamente creyendo en su procaz fantasía. Son esos plagados de antivalores, ambiciosos, desvergonzados y avaros por naturaleza, van siempre con el trasero por delante, como afirma un buen amigo, también se les podría definir como arribistas. Son esos que conforman y se codean con la élite, cohabitan en un mundo perfecto y gobernarán Nuevo León.

     Los otros “aspiracionistas” son diametralmente opuestos. Nobles, pensantes, sencillos, incorruptibles, francos, humildes, sobresalientes, pacifistas, líderes, amigables, humanistas, dignos. Son aquellos que regularmente provienen de contextos pauperizados y logran sobresalir quemándose las pestañas en el estudio. Su trayectoria profesional es brillante y certificada. Son aquellos que manifiestan siempre y de manera fehaciente, su amor al prójimo y lo comprueban a diario en su actuar hacia el bienestar común. Son autodidactas, siempre están leyendo o escribiendo y miran la vida con otros ojos debido a su exacerbada conciencia crítica. Son aquellos rompedores de estigmas y del “status quo” preestablecido, sobre todo si perjudica a otros. No caben en ningún lugar porque se la pasan señalando los desaciertos de los demás, incluidos los de los jefes. Son etiquetados, señalados, humillados, satanizados, excluidos y es común que acaben convertidos en tránsfugas del sistema que los aborta sin miramientos tan solo por decir la verdad. Son aquellos incapaces de robarse un solo centavo, aunque los conminen a hacerlo, prefieren renunciar y retirarse con la frente en alto. Son aquellos que viven solo con lo necesario porque abominan los lujos y el oropel de la frivolidad social como la de las modas, por ejemplo. Tienen firmes y claros sus valores y son totalmente congruentes con ellos. Son tan íntegros y honestos que jamás ocuparán un puesto público y seguirán luchando contra la injusticia y la maldad hasta el ultimo día de su existencia.