PEREZ17102022

MICROCUENTOS PARA PENSAR
“Power Politics”
Tomás Corona

Monterrey.- ¿Cuándo comenzó la debacle de la “realpolitik” mexicana que le otorgó esa tesitura fársica y tóxica que perdura hasta el día de hoy? Aunque un tanto ocultos, creo que los primeros indicios se dieron con la alcohólica mujer de Zedillo; sé de buena fuente las atrocidades que hacía en nombre del alcohol, como el movilizar toda la guardia nacional para decir, al final, que no la requería, que era una broma. Además fue una primera dama que, un poco tomadita, hizo el ridículo en varios eventos públicos.

Antes, digamos del innombrable titiritero para atrás, los protocolos gubernamentales eran toda solemnidad y beatitud. La rigidez y cuadratura que caracterizaba los actos políticos era impresionante; nadie, absolutamente nadie podía salirse de la norma establecida que marcaba el añejado ritual desde hace por lo menos un siglo en los actos presidenciales; y no se diga en la seriedad que imperaba en el H Congreso de la “Unión” (esto de la “unión” parece sarcasmo, lo es, más en estos días). La ética y el civismo que regían el actuar político de los gobernantes, parecía inexorable; sin embargo, poco a poco se fueron “por la borda”; qué digo borda, por el meritito excusado.

El simpar guanajatense, Chente Fox (lo digo, en su calidad de ranchero enamorado, con botas y todo), fue el culmen de la tragicomedia, o al menos eso parecía. La “cajeteaba”cada dos de tres veces que abría la bocota. Como olvidar su frase “¡oink, oink, oink!; perdón, “¡hoy, hoy, hoy!”, la “lavadora de dos patas”, o el multicitado “comes y te vas”; y no podía faltar el contundente: “los mexicanos hacen trabajos que ni los negros quieren hacer”, entre otras sandeces que todavía sigue expresando, como lo de su “despojada” pensión y su fingida pobreza. Y la Martita, ¡ay, “cosita bella”. San Fox también inauguró el reinado del panismo y todos creímos que México por fin iba a cambiar. ¡Oh, desilusión! Y “hoy, hoy, hoy”, dos polos políticos históricamente opuestos, muy juntitos en el PRIAN. ¡Difícil de creer!

Después llegó el afamado “Borolas”, mejor conocido como “Fecal”, quien no protagonizó tantos escándalos pero fue, junto con su “embotado” antecesor, quienes le dieron “manga ancha”, “luz verde”, es decir, un alto índice de permisividad al abominable y poderoso “narco”, “la maña”, como le renombran en tierras tamaulipecas, que obviamente los rebasó y se tornó incontrolable. No sé si haya habido otros presidentes ebrios declarados, pero la ingesta de alcohol es un feo vicio que aqueja a un buen porcentaje de mexicanos. Su acaudalada mujer es otra historia que ni vale la pena mencionar.

Después aparece en escena “el nene consentido”, continuador de las reformas que acabaron por destrozar a México. Es fácil saber quién lo puso en el puesto y hasta esposa nueva le compraron, la singular y frivolona “gaviota”, que resultó ser una “buitra”, si se vale el término; y fue quien inauguró el mito urbano de las casas con su “casota blanca”, que adquirió “con el sudor de sus… manos”. Hoy está en la mira “la casa roja”, de ya saben quién. Parecía que nadie iba a superar la ineptitud del de la tierra de José Alfredo, pero la “indiorancia” de Enriquito, “a más de ser güerito y tener grandes los pies”, rebasó todos los límites y se ganó el infierno de la burla social por las barbaridades que decía sobre los libros que no había leído, confundir estados con países, y municipios, amén de que era incapaz de estructurar en su mente un discurso propio, todo se lo tenían que escribir. Junto con la aureola presidencial, portó siempre el nombramiento de ser un eterno habitante del país de “babilonia”.

¿Cuál de ellos comenzó a ser víctima del escarnio social reflejada en sátiras, cartones políticos y programas de radio y televisión sobre actuados? No se sabe, porque eso nació con la política misma, solo que en otro tiempo era reprimido con violencia e incluso la muerte, sobre todo de periodistas serios, defensores de las minorías, del medio ambiente, por denunciar las arbitrariedades e injusticias cometidas por los corruptos políticos en turno.

Cuando todo parecía acabar. De hecho así fue. Volvía la seriedad ceremoniosa a los actos políticos con “el cabecita de algodón”, como peyorativamente le llaman sus detractores, aunque hay otros motes más “ojeras”, que lo nombran como “el mesías tropical”, o peor aún, el “pejelagarto”.

De pronto, aparecen en escena erinias y bufones por todas partes inundando con su sorna burlesca todos los espacios y tribunas políticas; incluso el congreso mismo fue vituperado con indecorosos actos (botargas, cadenas, mantas ofensivas, monigotes) que pusieron pronto a nuestro país en la cumbre de la estupidez. Hoy, la moda de la “realpolitik” constituye un auténtico circo en el cual se permite, abiertamente, decir barbajanadas, vulgaridades, zonzeras, “endejadas”, loqueras, mafufadas, palabras soeces y las mentiras de siempre, al fin discursos políticos, eso nunca cambiará (más los interminables “cochupos”, concesiones y cotos de poder). Una autodescartada (pseudoingeniera) candidata y otro norteñito con más pena que gloria, constituyen las peores muestras de la inédita “burlesque” política, de la “power politics”contemporánea que impera en nuestro “México lindo y jodido”. ¡Qué dirían don Porfirio o Juárez si lo vieran! ¡Jajaja!