PEREZ17102022

MICROCUNTOS PARA PENSAR
Contingencia
Tomás Corona

Monterrey.- No estoy exagerando compadre, a nosotros, ya sabe dónde estoy, nos llegan cifras y datos muy concretos, precisos y bastante fidedignos sobre la deplorable situación de la contaminación ambiental en Monterrey y el área conurbada. En los últimos años se ha incrementado seriamente el índice de enfermedades respiratorias, desde una simple gripe hasta neumonías atípicas, infinidad de casos de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), asma, fibrosis e incluso cáncer de pulmón. También muchísimos casos de todas las “itis” que se generan en la garganta: faringitis, laringitis, amigdalitis, rinitis, incluso otitis, porque también esa madre afecta los oídos, e incluso llega a haber sangrado nasal sin motivo aparente. ¡Ah…! y también irritación de los ojos, que acaba convirtiéndose en conjuntivitis, o algo más complicado como cataratas o glaucoma.

Aunque la situación es grave, a los responsables desde hace mucho tiempo que ni les importa, por una sencilla razón. Los dueños de la mayoría de las empresas contaminantes son, han sido, o han influido notoriamente en las decisiones políticas del estado; es decir, los culpables de contaminar, los dueños de las fábricas, son los mismos políticos que ocupan la cúpula de poder de Nuevo León, o alguno de sus parientes; por eso, aunque la gente se esté muriendo, no van a hacer una chingada para acabar con el problema, hasta que les truene todo el mugrero en las manos y cierren de un chingadazo todas las fábricas, como sucedió en Japón hace chingos de años. Hasta entonces van a entender la magnitud del problema. Aquí no hay filtros, ni protección para los trabajadores, ni reducción de horarios en las emisiones de gases contaminantes, y ni quién diga nada, por el poderío económico que tienen esas grandes empresas, que están poco a poco destruyendo el ambiente en el que habitan los regiomontanos.

Así que mejor páseme otra cervecita compadre, y dele vuelta a los “tibones”, que ese humito de la carne no tiene nada que ver. Y no se me agüite, “usté” sacó el tema por su asador “contaminante”; pero le insisto, eso nada que ver, comparado con la monstruosidad de humo tóxico que producen la mayoría de las empresas fabriles.

Mejor digamos ¡salud…!