PEREZ17102022

Mujeres transformadoras
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- El 17 de octubre de 1953 es una fecha importante en la historia política mexicana y en la reivindicación de los derechos políticos de las mujeres.

La lucha para conquistar el derecho de votar y ser votada ha sido ardua y difícil para superar muchas trabas de la sub-cultura patriarcal machista, tan arraigada en todo el territorio nacional.

En 69 años de ejercer el sufragio femenino, hoy prosigue con mayor fuerza y convicción la lucha por lograr la igualdad sustantiva de derechos entre hombres y mujeres en la vida cotidiana, con la mira de erradicar el patriarcado de manera definitiva de nuestra sociedad.

El decreto de reforma a los artículos 34 y 115 de la Constitución Política Mexicana, publicado aquel 17 octubre de 1953 en el Diario Oficial de la Federación, es el punto de partida para registrar cada uno de los avances que vamos alcanzando en nuestra emancipación y empoderamiento.

A partir de convertirnos en ciudadanas con responsabilidades y obligaciones políticas y civiles; es decir, de participar en la voluntad popular con nuestro voto universal, libre, secreto, directo, personal, intransferible e igualitario, no solamente somos la mayoría en el padrón electoral, sino las protagonistas en las múltiples batallas transformadoras de México.

En las próximas elecciones la tendencia del voto, tanto de mujeres como de hombres, ya no será con el único propósito de que asuman los poderes públicos y gobiernen quienes obtengan la mayoría de los sufragios. Será, sobre todo, a favor de quienes construyan mejores niveles de justicia, bienestar y paz para resolver nuestros problemas estructurales de pobreza y desigualdad, de violencia e inseguridad, de corrupción e impunidad.

Congruentes con la histórica lucha feminista por el derecho al voto y consecuentes con nuestros orígenes de lucha social, bajo la línea política de masas, en el Partido del Trabajo consideramos a la mujer como factor fundamental de cambio y transformación de la sociedad.

El punto 9 del Programa de Acción del Partido del Trabajo estipula:

“Nos manifestamos porque las mujeres sean consideradas sujetos de creación, acción, opinión y decisión. Es decir, sujetos sociales e individuales de transformación social”.

Con base en tal línea política es que “Luchamos por tomar medidas concretas en todos los órdenes para acabar con la opresión, discriminación y violencia contra la mujer, que lleven a la socialización del trabajo en el hogar y a la igualdad de género en la producción social y en la dirección política de la sociedad, que promuevan una transformación ideológica de las conciencias, que terminen con la ideología y la organización patriarcal de la sociedad”.

Gracias al papel insumiso e indomable de las mujeres en las luchas sociales y políticas, así como por su sororidad y solidaridad con las demás, en el Partido del Trabajo perseguimos el ideal de llegar a construir una sociedad de mujeres y hombres libres que se ayuden mutuamente y que juntos busquen su desarrollo pleno como seres humanos.

Por ello, reivindicamos el papel importante que debemos tener en la toma de decisiones en la familia, en el trabajo, en la escuela, en la iglesia, en la colonia, el gobierno y en el propio partido.

Más allá de pelear por la paridad total de género –gran pendiente en Nuevo León–, debemos pugnar por establecer pactos y alianzas que eviten la “competencia ruda” entre mujeres –los indicadores de enemistad debido a la mentalidad, como bien lo advierte la antropóloga Marcela Lagarde del Río–, y avanzar en lo que podamos juntas y junto con los hombres que se unan en la construcción de la igualdad sustantiva.

El acceso al ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en igualdad de oportunidades y de posibilidades con los hombres, requiere de políticas públicas de Estado integrales, nacionales y con base presupuestal, para cumplir todos los derechos de las mujeres desde niñas y así construyamos territorios, comunidades e instituciones de paz.

La tenaz lucha de las mujeres para votar y ser votadas se debe demostrar yendo a votar y postulándonos como candidatas. Es la tarea democrática que tenemos para construir nuestro propio destino con equidad, amor y paz.