Dallas.- En la segunda noche de la Convención Demócrata Joe Biden fue nominado su candidato a la presidencia de USA.
Hay consenso para apoyar a Biden pese a las rispideces de la vieja guardia (o si se prefiere de la elite) del Partido Demócrata y la nueva generación (de congresistas y votantes) que emerge desde la izquierda, desde el ala progresista.
El cierre de filas se refuerza gracias al vergonzoso desastre que ha sido la gestión de Donald Trump. Biden llega a este momento rodeado por las fuerzas de su partido y también por notables republicanos de los cuales en la segunda noche participaron otros dos: Sally Yates y Colin Powell… (apuesto que como ellos muchos republicanos cambiarán su voto0, y aquí preciso subrayar sus respectivas palabras para desaprobar a Trump y apoyar a Biden.
“Desde que llegó al poder, ha usado su posición para beneficiarse a sí mismo en lugar de al país. Ha pisoteado la ley y ha convertido al Departamento de Justicia en un instrumento para atacar a sus enemigos y proteger a sus amigos”, dijo Yates, quien fungió como fiscal general interina y quien, por negarse a implementar el veto de Trump a la inmigración musulmana, este la cesó. Powell –militar y diplomático– dijo por su parte con todas sus letras que Trump “es una amenaza para la seguridad nacional” porque entre otras razones tiene como amigos a los peores autócratas del planeta.
Otra de las voces de la vieja guardia de los demócratas que se escuchó la noche del martes fue la de Bill Clinton, y no creo que haya quien disienta de sus palabras. Se refirió a Trump como un incompetente. Un tipo que se pasa el día viendo la televisión e insultando a la gente en Twitter. Un bully que jamás acepta su responsabilidad.
La convención es el escenario perfecto para que lo que dice la gente en las calles y los activistas en las manifestaciones, lo repitan los personajes de la política nacional, si lo dijeran un día cualquiera sus palabras no tendrían la misma resonancia. Las de Alexandria Ocasio-Cortez han tenido además una inesperada notoriedad pese a que nomás le asignaron un minuto y medio para ofrecer su discurso.
La joven representante le recordó a la cúpula demócrata –y Biden debe tomar nota de ello– que el movimiento progresista del Partido sigue vivo, el sanderismo está más que presente, Ocasio-Cortez lo reafirmó en su breve pero contundente alocución.
Si la intención implícita en reducir su tiempo (menos que el concedido antes al republicano John Kasich) era hacer menos resonante su consistente mensaje izquierdista, les salió el tiro por la culata. Y la izquierda no está contenta con ese regateo de tiempo, como bien lo destacan en Político Alex Thompson y Caitlin Oprysko, quienes citan a Angela Lang directora de BLOC (un grupo progresista que organiza a votantes negros) y a Natalia Salgado (representante del Centro para una Democracia Popular), quienes apuntan que Ocasio-Cortez es la personificación del futuro del Partido.
Que ¿qué dijo?, se lo transcribo, en síntesis: Agradeció a quienes apuestan por un mejor futuro –del país y el mundo– a través de un movimiento popular de masas que trabaja para instaurar los derechos sociales, económicos y humanos del siglo XXI. Un movimiento popular –recordó– que va por la atención médica garantizada, también por la educación superior, los salarios dignos y los derechos laborales para todos.
Dicho movimiento –resaltó– se esfuerza por reconocer y reparar las heridas de la injusticia racial, la misoginia y la homofobia. Asimismo, busca construir una política exterior que rechace la xenofobia y la violencia. Un movimiento –recordó– que es consciente de la brutal e insostenible economía que se caracteriza por hondas desigualdades: riqueza para unos pocos a expensas de la estabilidad a largo plazo para la mayoría.
Y lo inesperado: Ocasio-Cortez secundó –de manera simbólica, reconociendo su movimiento– la nominación presidencial de Bernie Sanders. En la Internet se desató la polémica, por lo que la congresista neoyorquina les aclaró en Twitter: “Si estabas confundido, ¡no te preocupes! Las reglas de la convención requieren pasar lista y nominaciones para cada candidato que pase el umbral de delegado. Me pidieron que nominara al senador Sanders. Extiendo mis más sinceras felicitaciones a @JoeBiden - vamos a ganar en noviembre”.
En fin, en el Partido Demócrata el movimiento de masas conducido por Bernie Sanders hará más fuerte a ese Partido. Sanders con su apoyo a Biden no ha renunciado a lo logrado, tampoco capituló, en todo caso es una tregua: una mera intermisión para sacar a Trump, pero las metas del movimiento siguen inalterables como lo dejó claro Ocasio-Cortez. Es un hecho, como bien lo subrayó en su momento Noam Chomsky, -ese gurú político entre progresistas¬¬– cuando Sanders reconoció la derrota en las primarias, Chomsky declaró que la campaña del senador no fracasó: Creo que fue un éxito extraordinario porque cambió por completo el ámbito del debate y el diálogo. Motivó a millones de personas y modificó la política estadunidense.
“El peor crimen que Sanders cometió, ante los ojos de la élite dominante –le dijo entonces a la periodista Amy Goodman, conductora del noticiero Democracy Now!–, no tiene que ver con las políticas que propone; es el hecho de que pudo inspirar movimientos populares, que ya venían en desarrollo, como Occupy Wall Street, Black Lives Matter y muchos otros, y convertirlos en un movimiento activista que no solo aparece cada dos años para presionar a un líder y luego se va a casa, sino que ejerce una presión constante, practica un activismo continuo, etc. Eso podría tener un efecto en un gobierno de Biden”.
Y va. El acto con el que se ungió a Biden como candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, es el punto de arranque para sacar a Donald Trump de la Casa Blanca y echarlo al basurero de la historia.
*Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: caballeror52@gmail.com.