GOMEZ12102020

MUROS Y PUENTES
Chicas buenas contra la falocracia
Raúl Caballero García

Dallas.- Periodismo y feminismo son el marco de una serie que me llamó la atención. Se ambienta en 1969 y años sucesivos: en plena revolución cultural. Las películas y series ambientadas en el pasado siempre me han llamado la atención, las aprecio y las sigo hasta el final cuando están bien ambientadas en la época que enfocan, lo cual implica -desde un ángulo de mi juicio y perspectiva- buenas actuaciones, buena factura.

     Pero hablando desde mi calidad de no-crítico, diré que Good Girls Revolt me gustó porque echa luz sobre esos temas. El punto preciso es el ninguneo a la mujer en el ámbito periodístico. La serie se basa en el libro homónimo de la periodista Lynn Povich quien narra su propia experiencia en la revista Newsweek.

     Desde su nacimiento Newsweek se ha considerado una publicación progresista. En los sesenta exponía la problemática del racismo y sus confrontaciones, la guerra de Vietnam, las luchas por los derechos civiles, en fin, los diversos movimientos sociales de la época, pero cojeaba notablemente respecto a la igualdad de sexos, de cara al feminismo exponía sin empacho su tradición machista, su falocracia institucionalizada… esa es la trama de la serie transmitida en Amazon Prime Video.

     En la serie la revista -lugar de trabajo de las chicas rebeldes- se llama News of the Week. Enfoca diversos pormenores de la vida diaria en la sala de redacción, las relaciones sociales, amorosas y laborales; los esfuerzos de los reporteros para que su trabajo alcance la portada; la inconformidad in crescendo de las mujeres.

En paralelo vemos las discusiones de la mesa editorial -puros hombres- para abordar los temas de interés público. Vemos cómo abordan acontecimientos de 1969 y 1970, como el tratamiento editorial a la guerra de Vietnam; las manifestaciones por los derechos civiles de los afroamericanos; el concierto de Altamont y la violencia de los Hells Angels; la ideología y vicisitudes de los Panteras Negras, entre otros.

     Por otra parte, a medida que avanza muestra cómo las chicas cobran conciencia. Ponen en contexto las fiestas en las que circulan los toques de mariguana, las bebidas y el sexo libre. Desde el inicio la trama va tejiendo cómo el grupo de chicas inconformes aumenta a la par que planean la demanda contra la discriminación laboral con la asesoría de una abogada fogueada en los vericuetos de los derechos civiles.

     Entre las chicas ninguneadas algunas asumen que así debe ser, crecieron en una esfera patriarcal; en tanto que otras comienzan a rebelarse contra ese predominio de los varones. Los principales trabajos que la revista publica son piezas que requieren investigación. Bueno, pues las chicas son las investigadoras, son las que hacen las llamadas para corroborar datos y demás, son redactoras, correctoras y editoras… sin reconocimiento.

     Hay casos en los que ellas tienen más talento que los reporteros con los que trabajan, sin embargo, son ellos los que portan el crédito, los reportajes se publican con el nombre de los reporteros y ellas, las que hicieron gran parte del trabajo, las que aportaron ideas y creatividad para abordar los temas, se quedan detrás, invisibles, relegadas.

     Encima reciben un salario que no es ni la mitad de lo que ganan ellos, a pesar de que el trabajo de algunos reporteros es muy menor de lo que ellas son capaces. Las chicas de News of the Week se suben al movimiento feminista.

     Como dije, la ambientación es cuando tiene lugar la revolución cultural, los cambios se dan uno tras otro, pero las mujeres periodistas aun eran discriminadas. Seguían siendo víctimas del sexismo, de la desigualdad en el espacio laboral, incluso en la redacción de una revista como News of the Week.

     Así pues, episodio tras episodio va llegando el momento de decidirse a dar el histórico paso contra la empresa. Los papeles principales los encarnan Patti (protagonizado por Genevieve Angelson), una chica liberada, inteligente y clave en la avanzada rebelde. Patti y Cindy coinciden y comienzan a reclutar compañeras. Cindy (Erin Darke) es una chica tímida, responsable de los pies de fotos, del clipping o acopio de datos entre otras tareas; ella vive en el transcurso de la historia una liberalización radical.

     Con ellas Jane (Anna Camp) protagoniza una transformación de 360 grados. Es formal, burguesa, elegante, conservadora, miembro de una familia de lo más tradicional, convencida de que el sistema patriarcal es el correcto. Pues Jane da un giro completo en su posición y a la hora de la hora es la que lleva la batuta en la denuncia.

     Los papeles de los varones en su mayoría están hilvanados con la misma actitud machista, convencidos de que las mujeres no escriben. El director vive en su mundo cupular, obsesionado asimismo en pegarle a la revista Rolling Stone semana a semana.

     Haber visto esta serie y saber que se basó en hechos reales, me llevó a indagar sobre la autora del libro, Lynn Povich. Cuando empezó su carrera estuvo en París (en 1965), fungió como secretaria en el buró europeo de Newsweek.

     Su trabajo entre otras cosas era pasar a máquina los reportajes de los escritores. Vuelve a Nueva York en 1967, trabaja como “investigadora” en la redacción de esa publicación. En 1970 formó parte del grupo de mujeres que comenzó a explorar la posibilidad de denunciar a la revista.

     Povich y otras 45 compañeras del semanario denunciaron y demandaron a la empresa por discriminación. Los cambios que generan tuvieron impacto durante los años setenta en el mundo del periodismo estadunidense; sucedería algo similar en The New York Times y otros medios.

*Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: caballeror52@gmail.com.