Dallas.- (Diario regresivo, octubre 19, faltan 16 días para las elecciones en USA). En la recta final del proceso electoral, el discurso cotidiano de Donald Trump -que se clona en todo su ámbito- esgrime la idea de mantener el carácter de supremacía blanca. Esa es la constante de fondo, pero en la estela que le sigue se dilatan variopintas líneas, unas alarmantes y otras delirantes por absurdas, y pero ojo, el absurdo se ha montado en la realidad política nacional de este país.
El riesgo de un estallido social a partir del próximo 3 de noviembre ha estado latente, pero ahora que las campañas van llegando a su fin se agudiza y aflora.
Trump ya no solo les hace un guiño a los grupos radicales, sino que les expresa su anuencia para una acción violenta. Es lo que estamos viendo entre los grupos extremistas de la derecha, entre los cuales hay impaciencia, pero aguardan al banderazo de ese pobre hombre.
Las vertientes radicales han pasado a formarse en todo el ámbito republicano. Sus ideas son avaladas y hasta deslizadas sin disimulo alguno desde la Casa Blanca. Se organizan desde las entrañas del poder y sus postulados repercuten en las calles y en las sedes de grupúsculos que cultivan el odio hacia las minorías raciales.
Pero a ver, echemos luz a una de esas variopintas líneas. Además de todo lo anterior se vienen creando otras ideas que abonan al latente peligro que priva ya en todo el país, las que acuñan locas teorías conspirativas. El escalofrío que produce el temor de muchos estadunidenses se vuelve estremecimiento ante estos delirios.
Tales teorías conforman una red de la que la mayoría cae en lo disparatado y se difuminan, pero hay una -la que enfocaré sucintamente- cuyo desatino se ha vuelto en verdad peligroso: QAnon, que ya se considera una especie de movimiento de la derecha.
En este país no hay medio que no se haya enfocado en seguir lo que viene ocurriendo en torno a esta delirante teoría conspirativa. Nació desde hace años, creo que la simiente está en el 2016 cuando Hillary Clinton estaba en campaña por la presidencia; y desde entonces Trump la pondera, claro, en las filas de Qanon está un creciente grupo de sus acólitos.
Un apunte pertinente: Media Matters for America es una ONG progresista dedicada a detectar las noticias falsas en los medios nacionales. Es un grupo vigilante de la desinformación de la derecha en los medios de EU. En su sitio web (mediamatters.org) explican que en su labor diaria analizan y exponen la desinformación detectada. Monitorean diariamente en tiempo real la desinformación que la derecha vierte en prensa impresa, radio y TV, cable e internet.
Su presidente, Angelo Carusone ha declarado que QAnon -esa teoría conspirativa de “extrema derecha”- postula, entre otras cosas, que el presidente Trump está secretamente en guerra contra una camarilla de un “Estado profundo”, formada por élites adoradoras de Satanás (tal cual) que manejan una red de tráfico de menores con fines sexuales.
Mire usted, en 2016 surgió la teoría de que Hillary y su clan de demócratas, desde las profundidades de su partido manejaban una red de tráfico de menores. Señalaron que en el sótano de una pizzería en Washington D.C. estaba el cuartel general (o algo así) de esta supuesta secta pedófila y proxeneta. Incluso hubo un miembro o simpatizante de QAnon que se presentó en la pizzería armado, disparó varias veces al aire y buscó un inexistente sótano en el establecimiento. La teoría conspirativa comenzó a crecer.
QAnon es una abreviación de Q-Anónimo que nació y se ha desarrollado en las redes sociales. “Y así, cuando Trump asumió el cargo, una de las cosas que sucedieron poco después fue que esta entidad, este individuo llamado Q, identificado como Q, comenzó a dejar mensajes crípticos en las páginas de 4chan y 8chan, que son foros de discusión en línea”, explicó Carusone en una entrevista con Amy Goodman para Democracy Now! Le faltó decir que esos foros son sitios que han sido conectados con supremacistas blancos y neonazis. “Allí, entonces -prosiguió Carusone-, los miembros y lectores se obsesionaban e intentaban descifrar y decodificar dichos mensajes. Eso prácticamente ha hecho metástasis, hasta convertirse en la amenaza terrorista nacional que mencionó el titular del FBI (los señaló como amenaza terrorista). La amenaza es que ahora hay una creencia bastante extendida, mayormente entre conservadores, de que los demócratas, los medios de comunicación y partes del Gobierno están operando juntos, en connivencia, para derrocar a Donald Trump. Aseguran que la razón por la que quieren derrocar a Donald Trump es que él es la única persona que está tratando de detener su red de tráfico sexual infantil”.
De sus locos devaneos han pasado al convencimiento. Es inaudito. ¿Estamos en la Edad Media?, para colmo algunos de sus simpatizantes se han introducido incluso en la arena pública para obtener puestos electorales. En las boletas electorales de estas elecciones en proceso figuran los nombres de 20 de sus simpatizantes postulados a diferentes cargos por el Partido Republicano.
La razón por la que Hillary y sus amigos manejan una red de tráfico sexual infantil, según estos creyentes, “es que son sádicos, vampiros psíquicos o demonios interdimensionales”, dijo Carusone. En serio, un gran número de seguidores de QAnon cree que son demonios interdimensionales o vampiros psíquicos. Sería hilarante si no fuera tan horrible.
“En el centro está la creencia en esta entidad llamada Q, quien supuestamente es alguien en el gobierno que trabaja con Donald Trump, filtrando secretamente todos estos documentos”, indicó Carusone en la entrevista mencionada.
No resisto la tentación de compartir con usted esta ficha que tengo en mi escritorio desde hace días, sin duda ilustrativa: Los enemigos de Trump, entre los cuales están artistas de Hollywood, millonarios, políticos demócratas como Hillary Clinton, Obama, George Soros, Bill Gates, Tom Hanks y hasta el Papa Francisco. Todos ellos son adoradores de Satán, dicen, que se dedican a secuestrar niños para violarlos, matarlos y beberse su sangre. En serio. Dicen que todos ellos están protegidos por los sótanos políticos de los demócratas y sus sirvientes en los medios. Pero, aseguran, tienen sus días contados gracias al valor de Donald Trump, quien está librando contra ellos una batalla secreta con el apoyo de legiones de patriotas aglutinados en QAnon.
La serpiente se muerde la cola. Ya no es raro ver fanáticos vestidos con camisetas con una enorme Q en el pecho durante los mítines políticos de Trump, quien por cierto se niega a contradecir la teoría conspirativa, al contrario, tuitea y retuitea material que la celebra.
Facebook por su parte anunció que eliminará todas las cuentas, páginas y grupos de la red social y de Instagram que representen al movimiento QAnon.
En fin, dejemos aquí, por último, que el propio director del FBI, Christopher Wray, ha calificado a QAnon como una amenaza de “terrorismo doméstico”.
Todo esto es pues una de esas peligrosas líneas de la estela que viene dejando Trump tras de sí, en el cada vez más enrarecido ambiente nacional.
*Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: caballeror52@gmail.com.