Dallas.- La Convención Demócrata en su tercera noche de nuevo fue escenario (en las pantallas) de una feroz impugnación a la presidencia de Donald Trump y de una exposición clara y firme de quién es ese ególatra que preside a Estados Unidos desde la Casa Blanca.
Barack Obama arremetió contra Donald Trump, Kamala Harris recibió la nominación a la vicepresidencia con un discurso feminista pero moderado (signo de la fórmula que hace con Joe Biden) y se escucharon las voces de Hillary Clinton, de la senadora Elizabeth Warren y entre otras la de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes. Cada noche ha quedado claro que las elecciones de noviembre son un referéndum, el pueblo estadunidense tendrá la palabra para evitar el desmantelamiento de la democracia (dijo Obama) si gana Trump.
Los demócratas van sin fisuras hacia el 3 de noviembre, y van hombro a hombro porque otros cuatro años con Trump, se ha insistido, significarían la precipitación a peores políticas, la prolongación de vacíos democráticos, la carta blanca para ese egocéntrico que “usa el cargo para sí mismo y sus amigos”, se dijo por enésima vez en la Convención.
La plataforma de la campaña demócrata abarca más que el mero hecho de mostrar el desastre que para Estados Unidos garantiza Trump, asimismo va, como debe, más allá de describir a Biden como un tipo empático… están la problemática migratoria, la misoginia, el racismo, la violencia armada, todos ellos temas que con Trump han pasado a ser más que crueles; están asimismo el salario mínimo, el cambio climático y, en fin, que exista una política exterior.
Pues bien, en la cuarta y última noche de la Convención Demócrata bajo el lema “La promesa de USA”, destaca el discurso de aceptación de Joe Biden como candidato presidencial, subrayando entre otras cosas lo apuntado en el párrafo anterior y remachando lo nefasto y destructivo que ha sido y es su némesis Donald Trump.
Pero vale la pena no perder de vista la emergencia nacional, el referéndum que significan estas elecciones, hay mucho que reparar. Si dejamos fuera a Trump se abren mejor las posibilidades no solo para reparar el deterioro social sino para hacer cambios, para presionar, para movilizarse y leerle la cartilla a Joe.
*Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: caballeror52@gmail.com.