Dallas.- Los discursos de Kamala Harris y Joe Biden la noche del sábado 7 –los primeros como presidente y vicepresidenta electos– confirman la confianza concedida por los electores para la restauración de un país dividido como nunca.
La victoria de Joe Biden sobre Donald Trump no ha sido contundente como hubiéramos querido, si bien es un triunfo inapelable, subsiste la realidad de quienes votaron a favor del republicano. El presidente electo tiene delante suyo mucho trabajo para la reconciliación nacional.
Pero dada la tozudez de Trump, el camino hacia el 20 de enero –cuando Biden recibirá formalmente el cargo– será arduo, largo y tortuoso. El aún presidente se resiste a reconocer su derrota y con demandas judiciales tratará de revertir los resultados electorales.
Sin embargo, importa señalar que la confianza en el triunfo de Biden prevalece porque Trump no tiene argumentos válidos. Las suyas son pataletas antidemocráticas. Pero el respaldo que recibió de poco menos de la mitad del electorado (más de 70 millones de votos) nos deja claro que el país está partido en dos. Lo alarmante es que quienes lo respaldan lo hacen convencidos de que lo necesitan en la Casa Blanca.
Esa otra mitad del país despierta desazón en uno porque en su gran mayoría es la parte blanca, nacionalista, xenófoba. Son los que se resisten al cambio social, los que se resisten a una demografía diversa, los que no aceptan la actualidad de una sociedad multicultural.
La noche del sábado, el día en que Biden alcanzó más de los 270 votos en el Colegio Electoral, mucha gente salió a las calles a festejar su triunfo. Los simpatizantes de Trump permanecieron ese día silenciosos, acaso agazapados, y creo que irán saliendo y mostrándose cada vez más a medida que la insidia de Trump agite el fantasma del “robo” electoral.
Pero desde esta otra mitad, con la confianza en la diversidad, se votó por Biden-Harris y ahí está ella como reafirmación. En su luminoso discurso del sábado para presentar al presidente electo Kamala subrayó que ganó la tolerancia, que ganó el respeto a las minorías -esbozó un autorretrato. Lo dicho por ella lo refirmó y ensanchó el propio Biden. Sus palabras, su victoria, abren la esperanza de unir la escisión.
*Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano. Para comentarios: caballeror52@gmail.com.