Austin.- Domingo 4 por ahí de las 4 de la tarde, recibo por whatsapp un reporte de encuesta de salida en la elección del Estado de México, donde Alejandra del Moral había ganado con 38.1% del voto en contra de 36.9% de Delfina; una diferencia menor que parecería creíble, aunque contradecía a todas la encuestas que daban por triunfadora a Delfina. Junto venía un reporte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) levantado a medio día, que mostraba que 45.8% del voto era para Del Moral y 42.6% de Delfina; el mismo indicaba que había que comunicar el resultado a la SEDENA y la Guardia Nacional, como si las elecciones fueran un asunto policiaco, militar o de seguridad nacional.
Es posible que el levantamiento del CNI fuera correcto, aunque se requiere precisar si metodológicamente estaba bien muestreado o se había cargado en zonas priistas, y reconocer que los horarios de votación varían, así que un avance a las 12.40 pm no necesariamente muestra el comportamiento de la votación en la tarde. Tal vez del Moral tomó ese reporte para declararse vencedora a las 6 pm, y posiblemente Delfina tuvo otro reporte realizado más tarde para declararse vencedora.
La difusión de ambos documentos por lo menos es ilegal por presentarse públicamente en tiempos prohibidos por la ley, y su elaboración o es falsa o está cargada de imprecisiones metodológicas. Pero además de eso ¿qué hace el CNI monitoreando elecciones o realizando encuestas de salida? ¿Quién filtró dicho documento, que circuló profusamente en las redes sociales?
Los resultados de la encuesta a favor del PRIANRD estaban inflados sobre el resultado final, pero desinflaba por lo menos en 10 puntos porcentuales los votos a favor de MORENA.
Surgen varias preguntas:
1) ¿Para qué sostener un discurso con datos falsos? ¿Acaso se buscaba dar un madruguete que permitiera alterar resultados electorales? ¿O se buscaba preparar la narrativa sobre el fraude electoral en manos de MORENA?
2) ¿Por qué atreverse a violar la ley? La candidata del Moral había hecho un llamado a sus seguidores diciendo que hicieran lo que saben hacer porque no buscaba una carta de buena conducta, lo que se interpretó como un llamado a violar la ley a cambio de ganar votos. Se reportaron varias detenciones y agresiones a oficinas y casa de morenistas sin que las autoridades mexiquenses actuaran. Un acto violatorio más de la ley podía ayudar a crear un escenario catastrófico que inclinara la balanza en su favor toda vez que controlan las instituciones electorales.
3) ¿Acaso la coalición opositora (gobernante en el EDOMEX) ante la inminencia de la derrota y su proyección hacia el 2024, buscaba la anulación de la elección para reagruparse y tratar de neutralizar los apoyos de MORENA? Esta es una opción ruinosa, dudosamente favorable y hasta inviable, porque si perdieron una vez seguramente perderían otra vez. Para muchos el triunfo de Delfina valida el argumento de que perdió hace seis años debido a un fraude electoral.
La derrota en el EDOMEX contribuye al hundimiento del PRI, muestra la inviabilidad de una coalición que no termina de convencer y dentro del PRI recompone la correlación de fuerzas, permitiendo el fortalecimiento de un político corrupto y autoritario como Alito Moreno, cuya aspiración es eternizarse en el poder; él sostendrá que perdió Del Mazo y su grupo. El grupo Atlacomulco pierde prácticamente su bastión y deja de ser un factor político influyente. Corre la versión de que Del Mazo cambió la elección a cambio de una embajada, cuestión poco creíble.
La elección registró una elevada abstención, lo que puede implicar exclusivamente que la gente tenía una expectativa sobre el resultado y no se molestaba en ratificarlo en las urnas, mensaje que MORENA debe considerar hacia el 2024, cuando requiere un triunfo rotundo como el logrado por AMLO en 2018.
Una palabra sobre Coahuila. Parecería que ahí perdió MORENA. Parece indudable que el candidato era malo, un burgués local sin credibilidad ni atractivo para los votantes, que desde muy temprano enfrentó la oposición de una mayoría de morenistas locales, su nominación propició un rompimiento político que debió haber sido atendido. El mensaje para MORENA es que en la elección en realidad competían puros priistas entre sí y no surgió una opción “morenista”. La coalición de MORENA se rompió, su recomposición tardía careció de repercusiones locales, y sumando todos sus votos quedó muy lejos del priista. Esta es otra clave para el intento de MORENA de correr con una coalición en 2024 que le permita ganar una mayoría absoluta el congreso, porque tendrá que manipular la elección para que ni el Verde ni el PT desaparezcan, porque ayudan poco y estorban mucho. La abstención en Coahuila fue menor pero arriba del 45%.
El INE pos Córdova demostró que las elecciones funcionan y que él no es la garantía para la realización de procesos electorales.