GOMEZ12102020

Neoliberalismo mexicano
(primera parte)

Víctor Vela

“El modelo idealizado en que se basa
la defensa clásica del libre comercio
ha dejado de ser útil.”

Poul Krugman , 1986

Monterrey.- El calificativo “neoliberal” es aplicable –por lo general– para nombrar la práctica seguida por el sistema capitalista, en el mundo actual, cuya definición sintetizada es difícil conseguir. Su comprensión se facilita al examinar los acontecimientos económicos, intelectuales y culturales de un país como México, surgidos desde la década de 1980.

Economía
En lo económico, muchos países debieron irse adaptando a la fase justificante del sistema capitalista de producción, con base en la llamada doctrina económica neoclásica que tuvo su auge al iniciarse el segundo tercio del siglo pasado, que consiste en resolver el problema del desarrollo económico a partir del mecanismo de mercado y la ausencia de regulación económica del gobierno.

José Luis Calva, en su ensayo “La economía mexicana en su laberinto neoliberal”, publicado por el Trimestre Económico, en septiembre de 2019, explica cómo con la política neoliberal para el desarrollo, establecida en Mexico en la década de 1980, ocasionó la desviación de una trayectoria estable y elevado de crecimiento económico (6.1% en promedio anual) iniciada hacía 50 años, gracias al ordenamiento de un modelo económico –adoptado por Lazaro Cárdenas– compatible con la causa fundamental de la Revolución Mexicana.

Calva describe y critica a profundidad el recetario económico, provisto por Washington, aplicado para acondicionar a nuestro país y hacerlo partícipe en el proceso de globalización. Destaca el vuelco sufrido la trascendente estrategia del desarrollo económico creada por Cárdenas, sustentada en la regulación del sector financiero debidamente consolidado, que sirvió reiteradamente para fortalecer el presupuesto de siete gobiernos, y legitimar su gestión argumentando el buen desempeño de la economía nacional.

Antes del neoliberalismo económico, el Banco de México –adicional a la política monetaria del país, para regular la inflación desde 1925– llegó a tener actividades de fomento a través de fideicomisos destinados para actividades agrícolas (FIRA), industriales(FONEI) y comercio exterior(FOMEX). También vigilaba que los recursos financieros fueran destinados, mediante cajones específicos de la banca comercial y de fomento, para promover actividades directamente productivas, restringiendo la cuantía agregada nacional de los créditos al comercio y al consumo.

Al respecto Calva destaca que “…la ortodoxia en política monetaria que trajo consigo la reforma de la Ley del Banco de México, que le otorgó autonomía y le confirió́ como mandato macro económico único el control de la inflación, contrario sensu del mandato dual que tienen los bancos centrales de los Estados Unidos y Canadá́: el control de la inflación y la sostenibilidad del crecimiento del PIB y del empleo…”, es un claro condicionante para inducir el modelo neoliberal, donde toda señal de fomento va en contra de la libre competencia económica.

Después de un riguroso análisis de reducido crecimiento del empleo, los salarios y la consiguiente mala deistribución del ingreso, Calva concluye que a lo largo de tres décadas poseriores a los 1980 –“…la estrategia neoliberal aplicada [sin interrupción] en México no pasa la prueba del éxito desde la perspectiva del crecimiento económico y tampoco la pasa desde la óptica de la reducción de la desigualdad”. Concordando con lo que Krugman dijo en 1986: “El modelo idealizado en que se basa la defensa clásica del libre comercio ha dejado de ser útil. El mundo es más complejo y no hay duda de que las complejidades plantean, en principio, la posibilidad de una política comercial o industrial activa y exitosa”.

Por lo tanto, al análisis mecanicista –estático comparativo– de la Economía debe dinamizarse, incorporando los factores del medio social y cultural desde la perspectiva de la Historia, como fuente de madurez intelectual de la humanidad como un todo.

[Continuará…]