GOMEZ12102020

No me dejen solo
Ernesto Hernández Norzagaray

Mazatlán.- Alejandro Sicairos, hace días escribió en su columna de Noroeste sobre un tema que muchos intuíamos o leíamos trazos en algunas declaraciones del gobernador: le está fallando el equipo de gobierno para armonizar la llamada 4T en Sinaloa, cualquier cosa que esto signifique; y lo están dejando solo para atender personalmente los reclamos que recibe todos los días en sus giras por el estado.

Sea que una escuela primaria no cuente con los servicios públicos básicos o las ayudas para las comunidades que han sufrido las inundaciones y, hasta echa pleito, cuando sabe de una gestora de gobierno que cobra a los vecinos de una comunidad rural. Todo. Se le ve molesto y con justa razón.

Sin embargo, aquí se ven dos problemas: Uno, la improvisación del personal por la política de cuotas en el primer nivel, y aquella que derivó de una expresión suya, insensata de toda racionalidad en la administración pública: “Para qué se pelean por los puestos, si hay para todos”, que mostraba que antes de las capacidades profesionales de los aspirantes, estaba la lealtad al proyecto y su liderazgo.

Y eso seguramente permea las áreas de gobierno, quizá porque bien a bien no se sabe cuál es el proyecto de la 4T; y lo más grave, en condiciones de recursos escasos.

¿Qué va a hacer Graciela Domínguez, la titular de la Sepyc si no puede atender las demandas de los padres de familia que exigen que las escuelas de sus hijos sean reparadas porque están en mal estado, porque, sencillamente, no cuenta con recursos económicos para hacerlo?; o Emilia Guerra, la secretaria bonita de pesca, ¿cuándo en las comunidades pesqueras le piden apoyos?

El problema es que, al margen de la disposición, sensibilidad y capacidades de los miembros del gabinete, se ha creado un gobierno que no tiene recursos para operar las políticas del gobierno. Se dirá, pero hay muchas otras cosas que pueden atenderse y no están ahí, porque prefieren la comodidad de la oficina en esta época de calores, lluvias y mosquitos que andar inventándose actividades.

Aunque, sin duda, hay quienes traen la cultura huevona que cultivaron en la UAS o ya crónicamente saben que hay que nadar de muertito. Por lo demás, Rocha es un político de talante omnicomprensivo y omnipresente, le gusta que se le vea que esta con la gente, hablando con ella, no importa si resuelve problemas. Importa la foto. El cultivo de la magia de la percepción. La nueva cultura comunicológica del “distrae, que algo queda” como la practica su jefe político con buenos resultados. Ahí están las encuestas de percepción. Sin embargo, Rocha no es AMLO. Y AMLO es el dueño de la cartera pública.

Pero, volviendo al punto que señala Alejandro Sicairos, en el primer semestre de este año había tres secretarios que se veían y hasta resolvían problemas del estado.

Uno, el secretario de gobierno Enrique Inzunza, que es quien opera las relaciones interinstitucionales por no decir quien da órdenes para que los titulares de los otros poderes estén en sintonía con las necesidades del gobernador. Tere Guerra, la secretaria de la Mujer, que permanentemente recorre el estado y se reúne con quien tiene que hacerlo para empoderar a las mujeres. Y el secretario de salud depuesto Héctor Melesio Cuén, quien hizo lo mismo tratando de estar en contacto con los agentes del sistema de salud. No paraba. Y quizá eso, fue lo que molesto al gobernador. Se movía y resolvía muchos problemas. Pero, el gobernador dijo: está haciendo política partidaria, y le dio el ultimátum por todos conocido sobre las presuntas demandas contra periodistas.

Ahora, el nuevo secretario, no se ve y no se oye, por ello, poco lo buscan los medios, para que informe sobre el estado de salud de los sinaloenses. Es más, no recuerdo su nombre, menos su trayectoria. O sea, funcionaban y tenían visibilidad los titulares de tres de las trece secretarias hoy solo dos de trece.

De ahí, hay una lista de secretarios que no sabemos que hacen y como retribuyen profesionalmente lo que les pagamos los sinaloenses. Eso sí, están en todos los actos públicos a los que son llamados para la foto y su próxima promoción.

Mientras tanto los sinaloenses siguen con sus problemas estructurales y los de hoy que pasaron de ser una amenaza para convertirse en un sufrimiento real. La inseguridad y la inflación, ¿Qué dice el secretario de economía? No mucho. ¿Alguien sabe su nombre? En definitiva, los sinaloenses estamos ante un problema serio de liquidez y los problemas están creciendo y diversificándose.

Por eso, ahora, el gobernador reclama con un lacónico: ¡No me dejen sólo!, que no se si refiere al presidente o a sus subalternos con los que no negocia, pero que necesita verlos trabajando.