Ciudad de México.- Si uno observa el mapa de México, notará una oscilación graciosa en su territorio, una línea que como un eje gira como en aquella esfera del Ying y el Yang. Como si desde el centro geográfico una mano invisible rotara su superficie y acomodara la línea conforme a dos extremos: se angosta hacia el sur, se ensancha hacia el norte, y sus dos penínsulas se hallan en contraesquina, como conformando un equilibrio. Una da hacia Europa y otra hacia Asia. Un océano es llamado Atlántico por su furia y el otro, en cambio, Pacífico. (Ya que nos quitaron más de la mitad del territorio, por lo menos hay que darle vuelo a la imaginación)
Por primera vez en mucho tiempo un gobierno federal ha canalizado recursos para la región más desprotegida históricamente: el sureste. Y esto principalmente a través de tres grandes construcciones férreas. El Tren Maya que con sus más de 1,500 km de recorrido es el emblema de la 4T. Tendrá vagones que usarán tanto diésel como electricidad, y según declaraciones de la FONATUR, no se descarta que en un futuro “se muevan con hidrógeno”. Le sigue el Tren Ístmico que conectará los puertos de Coatzacoalcos, en el golfo, con el de Salina Cruz en el Pacífico. La importancia de conectar los océanos para mejorar la capacidad comercial no la discutiría ningún estratega en el mundo. Y last, but not least, el proyecto Tapachula-Aeropuerto Internacional-Puerto Chiapas, con 40 kilómetros.
Aunado a esto, se ha incorporado el gobernador de Quintana Roo con un plan para construir una línea de tren que entronque desde Cancún con el Tren Maya, y el mismo presidente de Guatemala Alejandro Giammattei Falla, ha mostrado interés en subirse al tren y conectar Guatemala con en el Tren Maya. Que la ciudad que más ingresos recibe del turismo a este país esté inconmensurablemente más y mejor conectada es ya un gran avance. Y que un país vecino y amigo, con quien mantenemos lazos fraternales, quiera unirse, es un salto cuántico. Si bien esa última conexión es aún un proyecto lejano, de materializarse se incrementaría el intercambio comercial, cultural y tecnológico. (Además de que el mismo nombre de tren maya invita cordialmente a la comunidad maya más grande del país vecino a unirse)
Pero este equilibrio así visto es más aparente que real. Pareciera que está mal entendido y que ciertas élites se esforzaran en acentuarlo: un ciudadano “rico” y otro “pobre”, uno “altanero” y otro “humilde”, y la más falaz de todas las proposiciones, uno “trabajador” y otro “flojo”. Por si fuera poco, creen que su mediocre “quiebra” es producto de los ladrones del sur. Poco le falta a este discurso para hacerse un Hitler tropicalizado. ¿Dónde quedaron las aportaciones que el Sur da en cuestión energética? ¿El petróleo que durante décadas ha mantenido a flote al país? ¿Los productos agrícolas, cuya importancia prefiero obviar?
Pero por ventura, ¿acaso el Norte ha quedado desprotegido? La aprobación durante este sexenio del Tren Interurbano Monterrey-García que recorre más de 60 kilómetros de ruta y que excede por el doble a todo el sistema Metrorrey en kilometraje simple y sencillamente no tiene parangón, y ningún presidente panista ni priísta la había aprobado. ¿No vienen acaso el grueso de los recursos de la bolsa federal? La refinería en Tamaulipas dará miles de empleos y, aunque se le pueda criticar por no usar productos renovables (aunque es una crítica un tanto inconsciente, pero al fin y al cabo bien hecha y respetable), no se le podrá hacer en lo que respecta a su intención de ayudar a las poblaciones locales
Y aunque no todos los estados hayan sido beneficiados directamente en obras de infraestructura, (hay que tener en cuenta que el mundo está en una epidemia y crisis sin precedentes y el presupuesto lógicamente disminuye) la formación de la Guardia Nacional y un organismo nacional como el INSABI son instituciones que a largo plazo, si bien ahora no puedan funcionar con máximas capacidades, ayudará a la salud y seguridad de todo el país.
La así llamada Alianza Federalista no es sino un grupo de gobernadores (de oposición, y muchos enfrentando situación de elecciones de aquí a dos años) que decidieron boicotear y chantajear al gobierno federal desde sus cómodas trincheras en un momento crítico ya no nacional, sino mundial. Y, además, de condiciones geográficas bien definidas. Siguiendo el eje de rotación que arriba describimos, se ve claramente cómo, espejeando al sureste, se delinea el Norte en toda su extensión bajar hacia el sur a la altura occidental y acabar en el centro geográfico, Aguascalientes, cómo confrontando al históricamente vilipendiado Sur.
Exacerbar esta diferenciación y amenazar con dejar el Pacto Fiscal sólo es una actitud de fanfarronería y franca nulidad de análisis. Renovar el pacto fiscal o someterlo a discusiones es algo que se puede y quizá debe hacer, pero no aprovechándose de la vulnerabilidad de los otros y alegando locura transitoria, en un momento de crisis para todos. Recordemos que la esfera del Ying y el Yang tiene algo del negro en el blanco, y del blanco en el negro. Una total destrucción de ese resquicio del otro sólo nos llevará a mayores calamidades y, lo que es lo peor, a una pérdida de humanidad.