CORONA04052020V

Nueva Escuela Mexicana
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- El proceso de transformación de México es para poder vivir en un genuino Estado de Derecho, donde el gobierno sea capaz de garantizar que la ciudadanía ejerza todas sus libertades democráticas, exija sus derechos sociales y goce de bienestar económico en un ambiente de justicia y de paz.

     Es un proceso histórico que nos demanda cumplir el derecho social a la educación bajo los principios de obligatoria, universal, inclusiva, pública, gratuita y laica, a partir de ahora y para toda la vida.

     Educar es la más alta función del Estado. Es un deber ineludible e inexcusable garantizar la educación como un derecho fundamental de todo ser humano en igualdad de oportunidades y sin distinción alguna por motivos de raza, sexo, edad, origen étnico o cualquier otra circunstancia.

     La educación es además el mecanismo más poderoso para luchar contra la pobreza y la desigualdad en nuestro país, pues durante décadas la educación tuvo un carácter elitista que favoreció a las clases privilegiadas y excluyó a las grandes mayorías de mexicanos en situación de marginación.

     Para que toda persona ejerza a plenitud el derecho a la educación durante las distintas etapas de su vida, el 15 de mayo del 2019 se promulgó la nueva reforma constitucional en materia educativa y el 30 de septiembre del 2019 se expidieron sus leyes secundarias: la Ley General de Educación, la Ley General del Sistema de Carrera de las Maestras y Maestros y la Ley Reglamentaria del Artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de Mejora Continua de la Educación.

     El marco jurídico establecido para crear la Nueva Escuela Mexicana, tiene como desafío colocar en el centro el proceso de enseñanza-aprendizaje de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, cuya formación debe ser con sentido de identidad y pertenencia, con responsabilidad ciudadana y con valores cívicos como la honradez, la verdad, la congruencia, el pensamiento crítico, el espíritu de servicio, el trabajo perseverante, el cuidado al medio ambiente, el respeto a la soberanía del pueblo, la tolerancia, la bondad y el amor, puesto que la educación es el motor de la Cuarta Transformación de la República.

     Como parte de la República, Nuevo León requiere no sólo adecuar la reforma educativa, sino también las leyes secundarias. Por ello, la semana pasada presentamos la iniciativa de Ley de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado para homologar la nueva Ley General de Educación y abrogar la Ley de Educación del Estado vigente desde el año 2000.

     Nuestra propuesta se enmarca en la Nueva Escuela Mexicana y en los componentes pedagógicos, curriculares, organizativos, administrativos, presupuestales y de infraestructura del Sistema Educativo Nacional y Estatal, para asegurar una educación transformadora en un ambiente de respeto a todas y todos los miembros de la sociedad, así como de armonía, de honestidad y de participación a lo largo de toda la vida de las personas.

     La iniciativa de Ley nace para atender las exigencias e inconformidades de la sociedad nuevoleonesa y de los propios responsables del proceso educativo, quienes en los foros de consulta pública se manifestaron a favor de refundar la educación para que sea integral, inclusiva, armónica, potencial, emancipadora, plena, trascendente y, al mismo tiempo, que permita desarrollar todas las facultades humanas con equidad en un contexto cultural y de vida.

     A través de la iniciativa buscamos privilegiar la educación inicial y la educación especial, con prácticas pedagógicas inclusivas e integradoras que hagan efectivo el derecho a la igualdad de oportunidades y de posibilidades, donde alumnos y alumnas se beneficien del proceso educativo adaptado a sus necesidades, esencialmente aquéllos con necesidades educativas especiales y quienes en su mayoría hoy son invisibles para el Estado.

     Proponemos también dar prioridad a la nutrición, pues si el Estado ya prioriza el interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en el acceso, permanencia y participación en los servicios educativos, resultará imposible un desarrollo físico-neuronal pleno en una sociedad con altos niveles de desnutrición y, a la vez, de obesidad y sobrepeso infantil.

     El objetivo de la Ley de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de Nuevo León, en resumen, es formar seres humanos a partir de un modelo educativo con enfoque holístico, científico, ecológico y pluricultural, que tienda a desarrollar actitudes proactivas, inteligencias emocionales saludables, voluntades transformadoras y el amor a la Patria.