Monterrey.- A partir de que el proyecto de decreto para homologar la reforma educativa federal no alcanzó la votación –28 de 42 votos– para ser aprobada, un grupo de legisladores nos dimos a la tarea de presentar una nueva iniciativa para cumplir la obligación de armonizar los cambios del Artículo Tercero en nuestra Constitución del Estado.
Gracias al consenso entre legisladores del Revolucionario Institucional, del Movimiento de Regeneración Nacional, del Movimiento Ciudadano, de Nueva Alianza, del Verde Ecologista, del Independiente Progresista y del Partido del Trabajo, el mismo viernes 29 de mayo presentamos la iniciativa de manera conjunta.
En esta nueva propuesta reconocemos que la reforma educativa federal refuerza los principios de obligatoria, universal, inclusiva, pública, gratuita y laica que debe tener en México la educación desde la inicial hasta la superior, especialmente la educación inicial o temprana, un tema innovador y de avanzada social por el cual hemos luchado por décadas para que forme parte del Sistema Educativo Nacional.
Los estudios económicos del Dr. James Heckman, premio Nobel de Economía 2000 y los estudios científicos del Dr. J. Fraser Mustard, presidente fundador del Instituto Canadiense de Investigaciones Avanzadas (CIAR), son fundamentales en la lucha para universalizar la educación temprana.
Heckman demostró que invertir en la primera infancia, principalmente en quienes han nacido en condiciones y entornos con menos oportunidades de crecimiento, determina la creación de una fuerza laboral altamente educada, saludable, capacitada y, por ende, determina el futuro económico de una nación.
Mustard, en tanto, comprobó que invertir en los primeros años es crucial para cerrar las brechas de desigualdad y que la ayuda a madres y padres en la crianza de sus hijos, con base en las neurociencias, la tecnología y la innovación del conocimiento, son determinantes para tener poblaciones sanas y grupos humanos competentes.
La UNESCO aparte ha señalado que la atención y la educación en la primera infancia contribuye al desarrollo holístico de las necesidades sociales, cognitivas y físicas de niñas y niños, creando cimientos amplios y sólidos de su bienestar, de su proceso de enseñanza-aprendizaje a lo largo de la vida y el potencial de forjar los ciudadanos libres, capaces y responsables del futuro.
Por ello, la nueva iniciativa mantiene la propuesta de crear la Escuela para Padres, como una herramienta formativa para orientar a familias y sociedad en general en la prevención de sociopatías y en la corresponsabilidad de propiciar un ambiente que permita desarrollar el potencial de niñas y niños.
Es importante señalar que el Artículo Cuarto de la Carta Magna dispone que “En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Las niñas y los niños tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez”, por lo cual se crearon instrumentos legales para proteger sus derechos, tales como:
- La no-discriminación por ninguna razón, ni circunstancia,
- La igualdad sin distinción de ninguna índole,
- Vivir en familia como espacio primordial de desarrollo,
- Tener una vida libre de violencia y,
- La tutela plena e igualitaria de derechos humanos.
Por tal virtud, la iniciativa prioriza el interés superior de niñas y niños en el acceso, permanencia y participación en los servicios educativos, así como el derecho del personal docente a la capacitación y a la actualización, siendo obligaciones del Estado además garantizar materiales didácticos, infraestructura educativa, mantenimiento y condiciones del entorno idóneos que contribuyan a los fines de la educación.
Durante tres décadas hemos trabajado en la educación inicial y pugnado porque sea obligatoria. La evidencia científica demuestra que la intervención educativa en la primera infancia previene la reproducción de la pobreza de una generación a otra y proporciona a las familias vulnerables y a las madres trabajadoras una vía para salir de la adversidad y encontrar una vida mejor.