Monterrey.- Nos perturba la posibilidad de una enfermedad catastrófica. De la imposibilidad por encontrar una cura a tiempo. En los rangos de edades vulnerables.
Se previene haciendo compras acaparadoras. Como si las existencias de los almacenes no resurtieran los productos. Por ello las imágenes de los compradores con los carritos hasta el tope.
Al regiomontano promedio exceder su presupuesto es excesivo. Con dificultad se llega al fin de mes. Imposible pensar en la siguiente quincena. El refrigerador a tope. Incluso hasta el papel sanitario. Más vale sobre a que falte.
Deberíamos concientizar como en la época de la violencia, el conservar la calma. Evitar los sitios públicos, los eventos al aire libre multitudinarios y regresar al hogar con ánimo.
Desconectarse de la vida electrónica. Disfrutar en el interior de los juegos de mesa, los documentales y conversar con cada uno de la familia. La solución a la pandemia la traerá el tiempo. Con limpieza y orden, hábitos olvidados en todo momento.
Nuestros hijos se reirán de las imágenes de pánico en el futuro inmediato. Ya lo hacen. Cuando comparten los memes en sus redes sociales. En ellas aparecemos a nivel global como una ciudad rupestre, neurótica e incompetente. Ese es el tamaño real del pánico y la ignorancia.